La jefa de Estado reconoció que hay todavía connacionales en Israel y que el Gobierno peruano sigue de cerca su situación y destacó el trabajo de su administración para que los peruanos que se encuentran en ese país sean repatriados.
En Roma dijo que los que quedan en Tel Aviv partirán el 18 de octubre en un vuelo comercial y, en obvia alusión a las críticas por no haber enviado una aeronave a Israel a repatriar a los peruanos, declaró que la Fuerza Aérea del Perú tiene problemas logísticos.
“Lo importante es que ya los hemos sacado de allá y seguiremos atendiendo a más peruanas y a más peruanos”, afirmó, mientras el embajador del Perú en Israel, Manuel Cacho-Sousa, advirtió que solo son repatriados los connacionales turistas y los que viven en Israel y van a residir en Perú, sin compromiso de regresarlos a Tel Aviv.
La situación de esos viajeros fue materia de reclamos mediáticos y parlamentarios, así como críticas ciudadanas que coincidieron en señalar que Boluarte debió disponer la repatriación de los peruanos en peligro, antes de partir a Europa el jueves último.
La mandataria saludó en El Vaticano al papa Francisco y sostuvo un diálogo con el secretario de Estado, Pietro Parolin, y otras autoridades del estado pontificio y en la capital italiana se reunió con el director de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), QU Dongyu.
Peruanos radicados en Italia y en Alemania, donde se reunió con el presidente Frank-Walter Steinmeier, protestaron contra su presencia, con carteles y lemas que le reprochaban las muertes en las protestas contra su ascenso, por sucesión, a la Presidencia.
El embajador de carrera retirado Harold Forsyth calificó la gira como un fracaso porque, entre otras razones, no fue recibida por su homólogo real, el canciller Olaf Scholz, sino por el presidente, Frank-Walter Steinmeier, una figura protocolar.
El periplo “ha servido para perder el tiempo y gastar mucho dinero y ha sido un fracaso, porque cuando un presidente viaja, es para firmar acuerdos, concretar tratados, pero aquí no hay nada”, aseveró.
Para el analista internacional Óscar Vidarte, se trató de “un viaje intrascendente, que no parece tener ningún impacto en favor de nuestros intereses; ha sido un viaje innecesario”, carente de una agenda importante y de objetivos claros.
La gira fue materia de controversia desde su anuncio y un importante número de legisladores de diversas bancadas votaron en contra del viaje, aprobado por el Parlamento por una mayoría relativa de menos de la mitad de los 130 congresistas.
El semanario Hildebrandt en sus Trece reveló que el viaje tuvo un costo de cerca de un millón de soles (más de 260 mil dólares), monto que consideró excesivo, y hubo críticas periodistas que consideran exagerado el número de integrantes de su comitiva.
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