Privert, quien también presidió la Asamblea Nacional (parlamento) justo antes de la jefatura del Estado, consideró “inesperada y desproporcionada” la reacción de Santo Domingo ante el proyecto de construcción de un canal de riego en suelo haitiano y llamó a los dos gobiernos a entablar un diálogo para solucionar el conflicto.
A su juicio, ambos pueblos pueden beneficiarse del recurso hídrico que atraviesa sus respectivos territorios para el desarrollo de la producción agrícola.
También consideró pertinentes las intervenciones del Gobierno sobre este tema ante la 78 Asamblea General de Naciones Unidas y la reunión del consejo permanente de la Organización de Estados Americanos, al tiempo que motivó a todos los patriotas motivados por la preocupación del bien común alentar esos esfuerzos independientemente de su filiación política.
El exgobernante alentó a las autoridades de los dos países a tomar la vía del diálogo y denunció una vasta campaña de denigración y manipulación de la opinión pública por parte de ciertos actores que buscan visibilidad política.
“Los gobiernos van y vienen con sus proyectos y sus sueños. En cambio, los pueblos haitiano y dominicano están condenados a convivir pacíficamente en esta tierra que comparten en común”, aseguró.
Privert también expresó sus consideraciones sobre la misión multinacional aprobada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante la situación de violencia que sufre Haití y afirmó comprender las reticencias existentes por los resultados de iniciativas anteriores, sin embargo, sostuvo que la Policía es incapaz de hacer frente por sí sola a la crisis nacional.
“El pueblo haitiano ya está pagando un alto precio por esta inseguridad rampante y generalizada. En su vida cotidiana se suceden los asesinatos, los secuestros para pedir rescate, los robos, los saqueos y los incendios de bienes de ciudadanos pacíficos y de miles de refugiados y desplazados internos”, lamentó.
Señaló que no es momento de regodearse en el nacionalismo y rechazar la ayuda extranjera en este ámbito.
La misión deberá ser liderada por Kenya que también ofreció mil policías, a los que se deben sumar oficiales de Jamaica, Antigua y Barbuda, Barbados, además del apoyo logístico y económico de Estados Unidos, Canadá y otros países.
No obstante, a lo interno genera recelos, mientras aún está vigente el recuerdo de la Misión de la ONU para la Estabilidad que estuvo 13 años en el país, introdujo el cólera y acusaron a sus miembros de violaciones y abusos.
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