Las reacciones fueron precedidas por una encuesta que reflejó descontento social traducido en la desaprobación a la gestión de la mandataria y por el cierre de escuelas en barrios limeños tras amenazas de delincuentes extranjeros de dar muerte a conductores de moto-taxis que agredieron a colegas informales foráneos.
Una risa incontenible fue la respuesta del titular del Poder Judicial, Javier Arévalo, a una pregunta sobre la declaración de Boluarte dirigida a inversionistas norteamericanos, sobre lo que se abstuvo de hacer comentarios, por considerarlo innecesario.
En su visita actual a Estados Unidos, la mandataria dijo que “Perú es ahora un país que está en calma, en paz” y ofrece seguridad jurídica, social y económica” tras la “asonada golpista”, como llamó a las protestas sociales contra su ascenso a la presidencia, en diciembre de 2022.
Por su parte, el parlamentario de izquierda Waldemar Cerrón acusó a la jefa de Estado de dar información falsa y mostrar una imagen fantasiosa de Perú en el exterior, de lo cual debe dar explicaciones a su retorno.
Señaló que, contra lo dicho por Boluarte, en Perú hay un gran descontento social y un grave problema de inseguridad ciudadana, por lo cual consideró probable una negativa del Congreso a otras salidas de la gobernante al extranjero.
Desde las bancadas de la derecha extrema, el legislado Jorge Montoya dijo que si la presidenta habla sobre el Palacio de Gobierno, podrá hablar de calma, “pero si sale a la calle se va a dar cuenta que no hay tal».
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