Por Jorge Petinaud Martínez
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Bolivia
Según el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, al cumplirse un trienio de la llegada de Arce a la silla presidencial con más del 55 por ciento de los votos y del restablecimiento de la democracia tras el golpe de Estado de noviembre de 2019, son más de 140 plantas
industriales las que se construyen en todo el país.
“Somos el Gobierno de la industrialización, trabajamos sin descanso para sentar las bases de una economía diversificada y sustituir las importaciones”, expresó el dignatario.
Explicó entonces que el objetivo de todos esos proyectos en marcha es el de fomentar industrias que aporten valor agregado a las materias primas del territorio nacional, además de generar empleo digno a las familias bolivianas, así como mejores ingresos.
Los frutos iniciales ya se ven en sectores como el de los fertilizantes, los alimentos y los envases de vidrio, los cuales dejaron de adquirir en el exterior, apuntan informes del Instituto Nacional de Estadística.
Por su parte, el Programa de Desarrollo Económico y Social (PDES 2021-2025) informó que el Gobierno Nacional cumplió la meta de reactivar la Planta de Amoniaco y Urea (PAU) de Cochabamba, paralizada y con su equipamiento dañado durante el régimen de facto de Jeanine
Añez (2019-2020).
Al respecto, el presidente ejecutivo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, aseguró que en “2022 fue el primer año en que se tuvo el 99 por ciento del consumo de urea boliviana, o sea, se sustituyó casi en su totalidad la importación de
urea, (…) entonces, el mercado interno está garantizado”.
El jefe de Estado inauguró también recientemente en Cochabamba la Planta de NPK (nitrógeno, fósforo y potasio) con una inversión de 63,7 millones de bolivianos (unos nueve millones de dólares), cuya capacidad de producción anual es de 60 mil toneladas de esos productos y de urea granulada de producción lenta.
Tal resultado permite cubrir la demanda interna y ofrece la posibilidad de vender en el exterior.
En relación con los alimentos, el viceministro de Comercio Exterior e Integración, Benjamín Blanco, informó que el año pasado Bolivia dejó de importar unas 200 mil toneladas de alimentos
y bebidas, equivalentes a una reducción aproximada en 26 puntos porcentuales.
Otro éxito tangible dio a conocer el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Néstor Huanca, atribuido a la empresa estatal Envases de Vidrio de Bolivia (Envibol), instalada en el municipio de Zudáñez, departamento de Chuquisaca.
Esa industria sustituyó hasta mayo del año en curso importaciones valoradas en unos 19,4 millones de dólares, según Huanca.
La autoridad precisó que Envibol fue edificada con una inversión de 396 millones de bolivianos (56 millones de dólares) y será ampliada para incrementar su producción de envases, cuya demanda es alta por más de 20 empresas nacionales y de otros países.
INDUSTRIA FARMACÉUTICA
La certeza de la construcción de la empresa estatal Laboratorio Industrial Farmacéutica Boliviana (Lifab) a un costo de 478 millones de dólares fue reafirmada también por el ministro Huanca.
“Se construirán nueve plantas (…) de base química en el Parque Industrial de Santivañez y cuatro plantas industriales de base de plantas naturales en el municipio de Sacaba”, afirmó en referencia al complejo que radicará en el departamento de Cochabamba. En entrevista concedida al canal estatal Bolivia Tv, Huanca recordó que, recientemente, el Gobierno nacional aprobó el Decreto Supremo (DS) 4050 que crea la estatal Lifab, con un capital de tres mil 348,9 millones de bolivianos (478 millones de dólares).
La empresa producirá medicamentos de base química y otros de base
natural y tradicional.
Según Huanca, dentro de las 13 factorías figurarán plantas de producción de materias primas (de concentración de sales y ácidos), de dispositivos médicos, de envases de vidrio y de plástico, elementos actualmente importados por el sector privado.
De acuerdo con el titular, se perfila realizar la licitación en este mes con la inversión ya mencionada, erogación garantizada por el Tesoro General de la Nación.
“(…) Ahora nos toca encarar un proceso de licitación internacional -comentó la autoridad-, para que podamos contratar empresas legalmente constituidas y que tengan esa capacidad de implementar plantas del sector de medicina”.
Anticipó que el objetivo es iniciar la edificación de los laboratorios para investigación-innovación y a la par las plantas industriales en los primeros meses del próximo año, a partir del criterio de que el proyecto es de mediano y largo plazo.
Pero vamos a tener concluida (esta industria) en el año 2027”, ratificó el ministro.
El objetivo es que, desde enero hasta julio de 2024, se emplacen los laboratorios de investigación, desarrollo e innovación, y en agosto de 2025 se encare el proceso de certificación e acometan pruebas de estabilidad, eficacia y seguridad con vista a liberar 40
medicamentos por año.
Huanca expresó que agradece la decisión del presidente, Luis Arce, y del gabinete de ministros de aprobar la normativa, que impactará de manera importante en el proceso de industrialización con sustitución de importaciones del Gobierno nacional.
Resaltó que, tanto en su etapa constructiva como en la productiva, la nueva industria generará miles de empleos directos e indirectos, además de beneficiar a más de 131 laboratorios farmacéuticos a escala nacional con la provisión de insumos.
En un discurso reciente, durante la sesión de honor por la fecha libertaria de Cochabamba, Arce precisó que la Lifab producirá “medicamentos granulados, comprimidos, cápsulas, pomadas, ungüentos, inyectables, jarabes, suspensiones y emulsiones”.
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