Como consecuencia de esa resolución, los fugitivos norcoreanos andan libremente ahora en las zonas cercanas a la Línea de Demarcación diciendo públicamente disparates como que ya no existe razón alguna para no mandar volantes y globos al Norte, por lo que se activarán esas prácticas en la primavera del año próximo, cuando el viento del norte cambiará por el del sur, declaró Kim.
La especialista apuntó que la decisión de Seúl deviene una forma de guerra psicológica anti-RPDC, planeada y patrocinada por la administración de Corea del Sur.
El esparcimiento de octavillas forma parte de una guerra psicológica de alta intensidad que libra una parte beligerante para paralizar a su rival, y constituye igualmente un ataque preventivo que antecede al inicio de guerra, señaló.
Para colmo, esta campaña se torna más grave porque se comete cuando la situación de la Península Coreana va de mal en peor, debido al despliegue de propiedades estratégicas nucleares de Estados Unidos, el incremento de fuerzas armadas foráneas y los ejercicios de guerra de agresión de mayor dimensión de la historia, que apuntan a la RPDC, añadió Kim.
La analista recordó que debido al lanzamiento de volantes anti-RPDC por parte de los «fugitivos del Norte», se produjo un choque armado en la frontera 2014, y la destrucción total de la Oficina Conjunta de Enlace Norte-Sur en 2020.
Ahora, la responsabilidad de las consecuencias recaerá enteramente sobre Estados Unidos y los traidores surcoreanos. La guerra psicológica mediante el esparcimiento de octavillas anti-RPDC será el detonante del colapso de la República de Corea (Corea del Sur), concluyó Kim.
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