La escritora conquistó fama y prestigio a nivel mundial con la obra literaria de 1936, convertida en uno de los primeros best sellers del siglo XX gracias a la venta de más de ocho millones de ejemplares y merecedora un año más tarde del Premio Pulitzer.
Lo que el viento se llevó transcurre en el ambiente sudista de Georgia, durante la Guerra de Secesión norteamericana, y narra las vicisitudes sentimentales de la protagonista, Scarlett O’Hara. Según opinan algunos biógrafos, el carácter de Mitchell era muy parecido al de la heroína de su novela, así como su experiencia sentimental.
Como incoherencia del destino, el libro fue redactado de manera caótica y desordenada, la novelista acumulaba episodios y documentos que luego incorporaba a la narración, mientras permanecía en reposo luego de haber sufrido un accidente.
Fue tanto el éxito de aquellas líneas, que fueron traducidas rápidamente a todos los idiomas e incluso en escritura Braille, y en el año 1939 la genialidad de su creadora fue inmortalizada en la gran pantalla por el director Victor Fleming bajo igual nombre.
La película conquistó ocho Oscar y recorrió el mundo en las interpretaciones de Clark Gable, Vivien Leigh, Leslie Howard y Olivia de Havilland.
Tras la publicación de la novela y la exhibición de la cinta, Mitchell apoyó grandes obras benéficas, entre ellas, numerosas organizaciones de servicio social en Atlanta -ciudad que la vio nacer- y becas para los estudiantes de medicina de la Universidad Morehouse.
Antes de que la fama la abrazara, escribió a los 15 años de edad la novela romántica Lost Laysen, en la cual explora la dinámica de tres personajes masculinos y su relación con el único rol femenino, Courtenay Ross, una decidida misionera estadounidense en la isla de Laysen, en el Pacífico Sur.
A esta se suman las novelas The Big Four, sobre muchachas en un internado, y Ropa Carmagin, la cual gira en torno a una joven blanca sureña enamorada de un hombre birracial.
Sobre una publicación que perdura por su excelencia en la memoria de múltiples lectores, la autora expresó: «Sé lo que es trabajar bien y entiendo de libros, el mío no me parece bueno».
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