Recientemente, Estados Unidos decidió vender a Japón 400 misiles cruceros de ataque de largo alcance Tomahawk y sus equipos auxiliares; también resolvió entregar a los títeres surcoreanos 25 cazas Stealth F-35, 36 misiles interceptores buque-aire SM-6 y 42 misiles aire-aire AIM-9X Sidewinder, reveló el ministerio en un comunicado.
La cartera advirtió que la venta de armamentos de Washington a Tokio y Seúl deviene un acto muy peligroso que agrava la tensión militar en la Península Coreana y el resto de la región del Noreste Asiático, y busca iniciar una nueva carrera armamentista.
Aunque la administración norteamericana pretexta que el suministro de armas a sus satélites no cambiará el equilibrio militar de la región, los conflictos que estallan en todos los lugares a donde llegan los armamentos de fabricación norteamericana denuncian la grave situación militar y política que se dará pronto en la Península Coreana, apuntó el ministerio.
Advertimos a Estados Unidos que el precio de la crisis de seguridad que ellos pagarán puede crecer en lo equivalente al incremento de ganancias financieras por la venta imprudente de armamentos.
La RPDC dará más acicate a la preparación del disuasivo de guerra para mejorar la seguridad estratégica del Estado y controlar con rigor la situación regional, frente a la inestabilidad de la Península Coreana generada por la conspiración militar y el tráfico de armamentos entre Wahington y sus seguidores, concluye la nota.
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