Fuentes militares citadas por el diario Al-Watan confirmaron que una columna de vehículos cargados de armas y equipos bélicos ingresó en el campo petrolero de Al-Omar, que alberga la mayor base estadounidense en el país.
La mayoría de estos refuerzos son de naturaleza defensiva e incluyen completar la instalación de los sistemas “Avenger” y “THAAD” especializados en monitorear y derribar blancos a baja altura, detallaron.
Semejantes materiales bélicos llegaron también al enclave de Washington ubicado en la planta de gas Konico, en la campiña norte de la provincia de Deir Ezzor.
Desde el 17 de octubre pasado, las dos referidas bases situadas en estrechas líneas de contacto con unidades del ejército sirio y fuerzas aliadas, han sido atacadas en 18 ocasiones.
Las fuentes revelaron que las fuerzas del pentágono realizan ejercicios diarios que simulan el enfrentamiento con blancos hostiles y evacuación de cuarteles generales, y entrar en refugios seguros dentro de la base.
Washington tiene en Siria al menos una docena de bases, en su mayoría en los campos de petróleo y gas en la región nororiental de Al-Jazzira, principalmente en Hasakeh, mientras mantiene una en la zona de Tanef en la frontera con Iraq para impedir cualquier comunicación terrestre entre estos dos países.
El gobierno de Damasco denunció repetidamente esta presencia ilegal y la cual calificó de ocupación, y aseguró que las acciones norteamericanas en Siria incentivan la actividad terrorista y apuntan a desestabilizar el país y saquear sus riquezas.
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