El entendimiento fue anunciado por el ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina; el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, y el titular de la Comisión Nacional de Productores Cañeros de Bolivia (Concabol), Oscar Arnez.
“Después de tantas reuniones se ha logrado un acuerdo, tal vez no al ciento por ciento de satisfacción para el sector, pero sí con muchos beneficios (…)”, afirmó Arnez.
Sostuvo que “casi hemos cumplido el objetivo”, casi a cinco bolivianos (un precio de cuatro bolivianos y 9416 centavos).
Al respecto expresó que los negociadores no están contentos, ”pero sí satisfechos”.
Confirmó que “con este acuerdo automáticamente se levanta la medida de presión del tractorazo (marcha con tractores desde las fábricas de azúcar de caña y de etanol hasta el centro de Santa Cruz).
El Gobierno nacional propuso inicialmente mantener el precio del litro del etanol en 4,80 bolivianos a partir de que su costo internacional es de 3,60.
Opinó el ministro, por su parte, que el precio acordado satisface no sólo al sector, sino que permite, “a nosotros, trabajar de manera coordinada en los próximos años”.
Informó que en la reunión se acordó, además del precio, el compromiso de volúmenes para los tres próximos años, lo cual da seguridad al sector y permite la planificación en el área industrial.
Comentó que se debatió sobre el diseño de un plan estratégico para el sector con la previsión de financiamiento y de la satisfacción a otras demandas.
“Más allá de ese aspecto, el próximo año YPFB podrá adquirir incluso un volumen que supere los 200 millones de litros -anticipó-, y que a su vez nos permita desarrollar parte de las políticas públicas que se destinan al incremento del consumo del etanol, pero también masificar dentro de las gasolinas este aditivo tan importante”.
El programa de producción y comercialización del etanol anhidro, como aditivo de origen vegetal para la mezcla con gasolinas en Bolivia, se inició con la Ley 1098, con el objetivo de sustituir las importaciones de combustibles líquidos de origen fósil.
Todas estas medidas obedecen a una política energética orientada a reducir las importaciones de combustibles líquidos y también de contar con el aporte de la producción nacional en la generación de una economía productiva en el interior del Estado Plurinacional.
La política gubernamental de Bolivia avanza por la ruta de la transición energética con hidrocarburos más amigables en materia de medio ambiente, y en tal sentido se busca el acompañamiento de todos los sectores con vista a impulsar el desarrollo económico.
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