Todo parecía estar listo para el crucial debate y la decisión del pleno, cuando se leyó una carta de cinco de los siete magistrados -quienes parecían tener ya la cabeza en la guillotina-, que planteó la postergación de sus alegatos de defensa.
Los firmantes pidieron también que el Legislativo cumpla con las normas del debido proceso y precise cuál es la falta grave imputada a cada uno de los jueces y les dé tiempo para preparar su defensa, pues apenas ayer fueron convocados a defenderse.
El presidente del Congreso, Alejandro Soto, anunció, en ejercicio de sus facultades, la postergación del tratamiento del tema hasta que se defina los cargos para que los imputados preparen su defensa, lo que postergaba el tema hasta marzo, pues hoy termina la legislatura y el pleno entra en receso hasta entonces.
Horas antes, el abogado de uno de los magistrados, Carlos Caro, advirtió que las bancadas de derecha extrema que impulsaron la moción pretenden remover a los jueces de la JNJ sin que exista un procedimiento para tal sanción, exigido por el debido proceso, por lo cual el eventual castigo no tendrá validez y no debería acatarse.
La decisión de Soto generó airadas protestas de los promotores que, ante la imposibilidad de revertir lo determinado, anunciaron y prepararon sobre la marcha una moción de censura al presidente del Legislativo.
Los impulsores de la censura apelaron entonces a plantear la reconsideración de una moción similar rechazada semanas atrás, la cual fue así revivida y establece una investigación a los jueces de diez días, pero igual su puesta en marcha tendrá que esperar.
El intento de defenestrar a la JNJ es tan complejo, que en horas previas, la presidenta Dina Boluarte rompió su silencio sobre el tema y, preguntada sobre la posible destitución, respondió “Ojalá que no” y argumentó que, de concretarse, causaría mayor inestabilidad, lo cual no es deseable.
La JNJ evalúa, nombra, investiga y destituye a jueces y fiscales, además de participar en el nombramiento de autoridades electorales, por lo que, según legisladores y analistas, el Congreso bajo control conservador pretende designar nuevos miembros afines a sus posiciones.
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