El sondeo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) indica que solo nueve de cada 100 peruanos aprueban su desempeño como gobernante, otros 84 la desaprueban y los siete restantes son indiferentes sobre su actuación.
La jefa de Estado tenía 27 por ciento de aceptación cuando asumió, el 7 de diciembre de 2022 la presidencia por sucesión constitucional, pues era vicepresidenta del mandatario Pedro Castillo, depuesto, destituido y encarcelado tras intentar disolver el Parlamento e intervenir el sistema de justicia.
Sus bolsones de aprobación estaban, según el IEP, en los sectores socio-económicos más altos, pero con el paso de los meses y ante la percepción de que su administración es deficiente, también perdió ese aval y hoy el rechazo se extiende a todas las regiones y clases sociales.
La encuesta citada pidió también a los encuestados que califiquen el resultado de la administración durante 2023 como bueno, muy bueno, malo o muy malo, ante lo cual el 36 por ciento lo consideró malo y un 40 por ciento muy malo, mientras un ínfimo cuatro por ciento opinó que fue bueno.
De otro lado, la encuesta certificó que la gran mayoría considera que durante 2023 empeoró la situación económica (73 por ciento) y la situación política (69), mientras 81 por ciento señaló el aumento de la inseguridad y 68 por ciento denunció el incremento de la corrupción.
La analista del IEP Patricia Zárate comentó que el problema para el gobierno es que ha escogido como compañero de ruta desde un inicio al impopular Parlamento.
“A diferencia de otros gobiernos, que pudieron utilizar la pugna con el Congreso para mejorar su imagen, la impopularidad de ambos poderes se alimenta mutuamente”, anota.
La situación del Parlamento, de mayoría derechista, es peor que la del Ejecutivo, pues tienen una desaprobación del 91 por ciento.
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