La protesta contó con la participación de trabajadores de la Dirección Desconcentrada de Cultura de la región surandina de Cusco y se realizó en la ciudad capital del mismo nombre.
El inicio de la venta virtual de entradas a uno de los más importantes centros turísticos del país y de América Latina estaba previsto para esta semana y la ministra dijo que solo se suspendió hasta el inicio de 2024, para que los usuarios se familiaricen con la nueva modalidad.
Argumentó limitaciones del actual sistema, que combina la venta por Internet, a cargo de la Dirección de Cultura de Cusco, con la compra personal, inclusive en el pueblo de Machu Picchu, ubicado bajo la montaña sobre la cual se yergue la ciudad de piedra.
Urteaga señaló que se contrató un espacio en la aplicación Joinnus para contar con lo que llamó “una página robusta, con seguridad, que sea objetiva, y brinde la certeza de cuántas personas entran a Machu Picchu” y que incorporará todos los atractivos turísticos de la región de Cusco.
Sin embargo, los manifestantes denuncian que la medida se orienta a la privatización y centralización de la gestión turística en desmedro de los intereses regionales, en especial de Machu Picchu Pueblo, que subsiste de los servicios a los visitantes que compran allí sus entradas.
La titular de Cultura negó tener objetivos privatizadores; sin embargo, las organizaciones sociales de Cusco anunciaron una huelga general si persiste la venta de entradas por Joinnus.
Ante la protesta, la directora de Cultura de Cusco, Maritza Candia, renunció al cargo y denunció que el contrato con Joinnus no fue consultado con la Dirección Regional, la más importante del país.
Candia manifestó su total desacuerdo con la gestión de Urteaga, que calificó como altamente centralista en la conducción del Ministerio de Cultura.
npg/mrs