Señaló que esa crisis se expresa en el irrespeto al orden constitucional, el enfrentamiento entre los poderes públicos, la inseguridad, la violencia, el feminicidio, la persecución y asesinato de líderes indígenas.
También mencionó el aumento de las actividades económicas ilícitas y dijo que la Navidad “nos encuentra profundamente consternados por la cruda realidad que estamos viviendo en nuestro querido Perú”.
Destacó el mensaje cristiano de diálogo, la reconciliación y la solidaridad para la unidad por el bien común y dijo que “el camino a la Paz y a la Reconciliación supone reconocer nuestros errores, comprometernos a cambiar, reparar el daño causado y mantener vivo el camino de Esperanza”.
En ese contexto, llamó al Gobierno a “atender con prontitud y probidad los servicios básicos de salud, educación y seguridad, especialmente para los más pobres que están totalmente desprotegidos y pasando hambre”.
El titular de la CEP, asamblea permanente de obispos católicos, pidió dar testimonio de alegría, justicia, defensa de la vida, de los derechos y la dignidad humana y del cuidado de la casa común, el medio ambiente.
“Y que por ninguna razón anunciemos bondades engañosas, esperanzas falsas, superfluas y una falsa paz”, aseveró.
En lo internacional, monseñor Cabrejos propugnó “el paso de un mundo encadenado por las tinieblas de la enemistad, la indiferencia y la guerra, a un mundo libre, fraterno, solidario y en paz”.
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