La víspera la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) denunció actos de violencia, vandalismo y sabotaje perpetrados por algunos candidatos «malintencionados» contra su personal, material y bienes durante los comicios.
A través de un comunicado, el ente electoral condenó dichas acciones y aseguró que frente a esos hechos de extrema gravedad, punibles por la ley y contrarios a las buenas prácticas, mantiene firme su determinación de no permitir que esos delitos permanezcan impunes.
Refirió la creación de una comisión para investigar los actos de violencia y prometió que se tomarán las medidas apropiadas contra quienes los hayan perpetrado.
En tanto, un grupo de candidatos presidenciales hizo un llamamiento para la “anulación inmediata” de las elecciones por considerarlas “caóticas” y “empañadas por fraudes masivos”, los cuales, dijeron, están documentados por todas las partes interesadas.
Franck Diongo, Seth Kikuni, Matata Ponyo, Delly Sesanga y Moise Katumbi aludieron igualmente en su declaración, a las irregularidades registradas en varios centros de votación de todo el país.
Pidieron la dimisión del presidente de la CENI y de sus colaboradores, a quienes culparon de planear un fraude electoral y de haber privado a millones de congoleños de su derecho al voto.
Desde ya los candidatos afirmaron que no aceptarán los resultados del proceso ni las instituciones que surjan de él, e instaron al pueblo a movilizarse masivamente en toda la RDC.
Entre las supuestas estrategias de fraude enumeradas por la coalición están la reducción de la presencia de los testigos de la oposición, la apertura tardía de los colegios, prolongar la votación y organizarla en sedes de partidos políticos y campamentos militares, además de preconfigurar las máquinas con reservas de votos favorables a Félix Tshisekedi.
Sin embargo, las misiones de observación electoral internacional hasta el momento dan un balance positivo del proceso.
La misión conjunta de observación de las iglesias católica y protestante constató que el 84 por ciento de los colegios electorales se encontraban en los lugares previstos por la ley; así como que el 90 por ciento de estos abrieron y funcionaron con normalidad.
El Centro Carter, por su parte afirmó que “las elecciones se desarrollaron con relativa fluidez”.
Las misiones de observación de la Unión Africana (UA) y de la Comunidad para el Desarrollo del África Austral (SADC) consideraron que los comicios se habían desarrollado con un nivel aceptable, a pesar de las dificultades logísticas y de algunos casos de violencia.
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