Por Jorge Petinaud Martínez
Corresponsal jefe en Bolivia
“Estamos viviendo el cambio estructural que tanto anhelábamos hacia una Bolivia productiva e industrializada; a nivel nacional estamos invirtiendo más de 25 mil millones de bolivianos (tres mil millones de dólares) en diversas plantas industriales», aseguró el presidente, Luis Arce.
Por su impacto de cara al futuro en la vía de la sustitución de importaciones, resalta entre esos proyectos la creación el pasado 26 de abril de la Empresa Pública Productiva Industria Boliviana Química (IBQ), que ahorrará mil 400 millones de dólares anualmente.
“Vamos a invertir tres mil 409 millones de bolivianos (487 millones de dólares) para conformar nuestra propia industria de química básica, con materia prima boliviana, para dejar de importar estos mil 400 millones de dólares”, afirmó Arce.
La IBQ prevé el emplazamiento de cuatro fábricas en el municipio de Uyuni, Potosí, para la producción de ácido sulfúrico, clorhídrico, carbonato de sodio, hidróxido de sodio, de calcio y cloruro de calcio.
Explicó el dignatario que la nueva corporación se constituirá en el “eje articulador” desde la materia prima, su procesamiento e industrialización, y consolidará la presencia de productos ciento por ciento bolivianos en los mercados del mundo.
Insistió en que su gobierno “es el de la industrialización de Bolivia”.
Lamentó el tiempo perdido, pues según recordó este proceso debió comenzar en las décadas de 1960 y 1970, como ocurrió en otros países de la región y del mundo, por lo cual ahora es necesario que esta nueva empresa reduzca paulatinamente la importación de insumos químicos.
Desde otro punto de vista, significó que esta inversión generará fuentes de empleo y garantizará una concurrencia a los mercados mundiales con una producción ciento por ciento boliviana.
Informó el jefe de Estado que estas cuatro plantas de la IBQ son las primeras de las 42 que, a partir de la industrialización del litio, catapultarán económicamente al departamento de Potosí.
“Esta es una inversión que vale la pena”, expresó el dignatario e instó a los integrantes de la Asamblea Legislativa Plurinacional a acompañar esta nueva etapa histórica del país, al recordarles que cuando aprueban una ley no lo están apoyando a él o al Gobierno, sino al pueblo boliviano.
Como insumos, el ácido sulfúrico se emplea para producir fertilizantes, el hidróxido de sodio se destina a la fabricación de papel, el carbonato de sodio es fundamental en la industria cementera, el ácido clorhídrico posibilita el tratamiento del agua, y el cloruro de calcio es fundamental en la industria láctea.
Esta gama de sustancias impacta decisivamente en esferas como la agrícola, farmacéutica, minera, de hidrocarburos, energía, construcción, alimentos, jugos, bebidas, industria de papel y vidrios, entre otras.
BASE ANCHA
La viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón, por su parte, sostuvo que en 2024 se verán los resultados de la política de industrialización con sustitución de importaciones, que incluye la construcción y operación de más de 150 industrias, de las que dos ya están en pleno funcionamiento y empiezan a consolidar la “economía de “base ancha”.
“Este 2024 vamos a empezar a mostrar lo que significa la industrialización con nuestras más de 150 plantas (…), que se han mostrado, que se han instalado (…)”, aseguró Alcón en declaraciones a
la prensa en La Paz.
Hasta el momento, fueron entregadas la Planta NPK (nitrógeno, fósforo y potasio) de producción de fertilizantes granulados, en Cochabamba, y la Industrial de Carbonato de Litio, en Llipi, al
sudoeste del departamento de Potosí. Para producir NPK, la Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH) obtendrá la materia prima de las corporaciones Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y de las canteras de Cochabamba.
El proyecto requirió una inversión de 63,7 millones de bolivianos (más de nueve millones de dólares) y tiene una capacidad de producción de unas 60 mil toneladas anuales de NPK y urea granulada de liberación lenta, dos fertilizantes de alta demanda en el mundo.
Según las autoridades bolivianas, con esta producción se cubrirá el ciento por ciento de la demanda nacional, por lo cual se dejará de importar este insumo.
Inaugurada el 15 de diciembre último, en tanto, la Planta Industrial de Carbonato de Litio fue edificada a un costo de casi 767 millones de bolivianos (109 millones de dólares), y cuando esté a plena capacidad aportará anualmente unas 15 mil toneladas del compuesto.
La viceministra Alcón dijo a la prensa que existen otros muchos proyectos, los cuales en la práctica mostrarán desde los primeros meses de 2024 el objetivo perseguido por el Gobierno.
Anunció que en el primer bimestre deben comenzar a operar cuatro de las siete plantas que integran el Complejo Siderúrgico del Mutún, y de esa forma se iniciará la producción de barras corrugadas de acero y alambrón.
Unos 546 millones de dólares se invierten en el Mutún, en las infraestructuras de Concentración, Peletización, Reducción Directa de Hierro, Aceración, Laminación, Central Eléctrica y Auxiliares, se informó.
En fecha más reciente, el 21 de diciembre, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, anticipó que, en el primer trimestre de 2024, iniciará su producción la primera Planta de Biodiésel en el
departamento de Santa Cruz, y posteriormente la segunda en El Alto, departamento de La Paz.
Según Dorgathen, entre ambas sustituirán siete puntos porcentuales del diésel que se importa en la actualidad.
La viceministra Alcón aseguró que “se pisará el acelerador” en todos estos trabajos.
“El resultado de la industrialización, de la estabilidad económica y del proyecto que estamos planteando hacia nuestro bicentenario se va a empezar a enfocar desde los primeros días (de 2024) en el objetivo de mostrar esa economía de base ancha que nos permita tener sostenibilidad, valor agregado y todo lo que significa la Bolivia hacia el bicentenario”, concluyó la vicetitular.
arb/jpm