La cifra representa un 1,5 por ciento del catálogo sísmico total en 14 años de registro digital, destaca la investigación.
Para los científicos, la expansión de Internet, el desarrollo de las redes sociales y el incremento en la cantidad de seguidores en las páginas de redes sociales institucionales, figuran entre las causas de los aportes de la población a estos registros, además, que el reporte de estos eventos es cada vez más sencillo y accesible para la población.
Precisan que, durante los 14 años de la muestra, la magnitud local promedio ha sido de 3.60 a los 1.0. En tanto, la evolución temporal de la magnitud promedio, mínima y máxima para el catálogo de sismos sentidos.
Mientras que entre 2010 y 2015 la magnitud promedio trimestral mostró una oscilación prominente, con valores entre 3.0 y 4.5, a partir de 2016, su comportamiento fue menos variable, con valores de entre 3.4 y 4.0.
El 75 por ciento del catálogo de sismos sentidos tiene magnitudes inferiores o iguales a 4.3, mientras el resto tiene magnitudes inferiores o iguales 2.8. Temblores con magnitud entre 5 y 7,6 son los menos frecuentes, subraya.
El Observatorio adscrito a la Universidad Nacional detalló que otro factor de importancia en el reporte de sismos sentidos corresponde con la ocurrencia de secuencias sísmicas en cascada (donde existe un evento principal de mayor magnitud), las cuales tienden a incrementar la cantidad de reportes al Ovsicori debido al número de réplicas de magnitud intermedia que son generadas durante la secuencia y también percibidas por la población.
Por ejemplo, entre 2010 y 2023 ocurrieron en Costa Rica un total de 37 sismos con una magnitud igual o mayor a 6.0. Los cuales, además de ser sentidos, mantienen a la población en alerta y sensible ante la ocurrencia de posibles réplicas y, por lo tanto, al reporte de estas.
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