Temprano en la mañana de este lunes comenzaron los actos protocolares con la presencia del mandatario en la Casa Grande del Pueblo, la Plaza Murillo y sus alrededores para conmemorar el nacimiento del Estado Plurinacional, sustentado en una Constitución que desde 2009 reconoce la igualdad de derechos de 36 nacionalidades.
“No hay ningún agotamiento de nuestro modelo ni mucho menos se puede afirmar que está en su fase terminal. Esa es una construcción mediática que contrasta con la realidad”, aseguró Arce en un mensaje a propósito del aniversario 15 de la proclamación del Estado Plurinacional.
Durante la velada a la que asistió Prensa Latina en la Casa Grande del Pueblo, el dignatario admitió que existen dificultades que impiden estar mejor, sin embargo, consideró legítimo denunciar que sectores empresariales y otros por intereses individuales y electorales «pretenden instalar la idea de crisis a base de mentiras».
Mencionó el contexto adverso internacional actual, caracterizado por guerras como la de Rusia y Ucrania y las masacres que comete Israel contra el pueblo palestino en Gaza, a lo cual se unió la falta de inversiones desde 2014 y la “desastrosa” gestión del gobierno de facto de Jeanine Áñez (2019-2020).
Aclaró, sin embargo, que, pese a estas dificultades, el país altiplánico en el segundo trimestre de 2023 creció en 2,21 por ciento y la perspectiva en el Presupuesto General del Estado de 2024 es un incremento del Producto Interno Bruto de 3,71 puntos porcentuales con estabilidad cambiaria, inflación de 3,60 unidades de 100 y una inversión pública de cuatro mil 274 millones de dólares.
“Nuestra respuesta a las dificultades, producidas por razones internas y externas, no es la receta neoliberal, sino la profundización de nuestro modelo en las condiciones actuales. Eso es inversión productiva para garantizar un país estable y digno”, enfatizó.
Recordó que está en marcha un proceso de industrialización de los recursos renovables y no renovables del país con la construcción de 150 plantas para sustituir la importación de mercancías en, al menos, mil 300 millones de dólares.
Respecto a la subvención a los combustibles y los alimentos, describió que es una forma de redistribución de los recursos, porque solo así se garantiza tener, por ejemplo, el pan en las mesas de los bolivianos a diario y al mismo precio de hace años.
Arce se refirió al peligro que representa la articulación de los sectores conservadores tradicionales con lo que denominó “una nueva derecha que, por ambiciones personales y electorales, están por debilitar los cimientos de nuestro Estado Plurinacional (…)”.
Indicó que estos sectores son funcionales a la estrategia con la cual el imperialismo quiere reconquistar el continente americano, y resultan una amenaza para el Estado boliviano.
Al caracterizar el contexto internacional actual, señaló que durante el trienio de su Gobierno los problemas globales se multiplicaron.
“La crisis multidimensional del capitalismo no da muestras de resolverse pronto”, y en este lapso se profundizaron, como lo demuestra el conflicto de Rusia-Ucrania y la masacre de Israel contra el pueblo palestino, que amenaza con extender la conflictividad.
Consideró que no es el mejor momento el que vive el mundo, sin embargo, fue claro en la afirmación de que en Bolivia no se aplican recetas neoliberales ni electoralistas fáciles.
“Nuestro Gobierno no reduce salarios, ni recorta la inversión pública, ni privatiza las empresas y los recursos naturales, ni levanta la subvención a los hidrocarburos”, enumeró.
En referencia a la política exterior, rechazó de plano un alineamiento subordinado a los mandatos imperiales.
Indicó que este es el camino más largo porque es el correcto, y dará crecimiento sostenible sin dependencia de importaciones “para bien de la patria y el pueblo”.
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