Entre las principales causas del declive está la excesiva extracción del líquido para la agricultura de regadío en climas secos, afirma el análisis publicado este miércoles por la revista Nature.
Los acuíferos pueden reponerse con agua desviada de otros lugares; sin embargo, estas recuperaciones son relativamente escasas y aún queda mucho por hacer, afirmó uno de los autores de la pesquisa, Scott Jasechko, de la Universidad de California en Estados Unidos.
Tras analizar 170 mil pozos en más de 40 países, el equipo de investigación concluyó que el agotamiento ha sido especialmente pronunciado en climas áridos con extensas tierras de cultivo.
La sequía, provocada por el cambio climático, acrecentó también la demanda agrícola de agua subterránea para garantizar el riego de las plantaciones, apunta el diagnóstico.
Más de un tercio de los mil 693 sistemas acuíferos analizados disminuyeron al menos 0,1 metros al año entre 2000 y 2022, y el 12 por ciento registró descensos anuales superiores a 0,5 metros.
El informe mencionó casos críticos en España, Irán, China y Estados Unidos, con descensos promedios de dos metros al año durante el período bajo examen.
De acuerdo con el texto, el ritmo de agotamiento aumentó desde el año 2000 en alrededor del 30 por ciento de los acuíferos estudiados y solo una pequeña proporción mejoró a partir de medidas locales de regulación y control.
Explotaciones agrícolas, hogares, servicios diversos e industrias precisan del agua dulce y su agotamiento podría plantear graves amenazas económicas y medioambientales para la humanidad, recuerda el documento.
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