“A través del Servicio de las Empresas Públicas Productivas (Sedem) se realizó la posesión de la gerente técnica de la Empresa Pública Productiva Industria Boliviana Química (IBQ), cargo que recayó en la ingeniera Juana Luisa Olivares Berdeja”, sostiene el texto.
Tras concluir el juramento, la flamante titular señaló que Bolivia se encuentra en un momento crucial de su historia y la industria es una fuerza impulsora esencial para el progreso económico y social.
“En ese contexto, la IBQ desempeñará un papel crucial en la diversificación de nuestra economía generando empleo, impulsando investigación y contribuyendo al desarrollo sostenible”, afirmó Olivares.
La empresa estatal IBQ se creó sobre la base del Decreto Supremo 4923, el 26 de abril de 2023, en el contexto de la política de industrialización con sustitución de importaciones del Gobierno del presidente Luis Arce, y es dependiente del Sedem.
Esta corporación tiene como objetivo la producción y comercialización de productos relacionados con el desarrollo de la industria química para la sustitución de importaciones.
Asimismo, realizará investigación y desarrollo tecnológico para la producción de químicales para la industria manufacturera, a través de la química básica, de acuerdo con los datos oficiales.
“Vamos a invertir tres mil 409 millones de bolivianos para conformar nuestra propia industria de química básica, con materia prima boliviana para dejar de importar estos mil 400 millones de dólares”, aseguró el presidente, Luis Arce, durante la firma del Decreto Supremo 4923.
La IBQ prevé el emplazamiento de cuatro fábricas en el municipio de Uyuni, Potosí, para la producción de ácido sulfúrico, clorhídrico, carbonato de sodio, hidróxido de sodio, de Calcio y cloruro de calcio.
Arce explicó que la nueva corporación se constituirá en el “eje articulador” desde la materia prima, su procesamiento e industrialización, y consolidará la presencia de productos ciento por ciento bolivianos en los mercados del mundo.
Enfatizó el dignatario en que su Gobierno “es el de la industrialización de Bolivia”.
Lamentó el tiempo perdido, pues según recordó este proceso debió comenzar en las décadas de 1960 y 1970 como ocurrió en otros países de la región y del mundo, por lo cual ahora es necesario que esta nueva empresa reduzca paulatinamente la importación de insumos químicos, cuyo costo supera los mil 400 millones de dólares.
Desde otro punto de vista, significó que esta inversión generará fuentes de empleo y garantizará una concurrencia a los mercados mundiales con una producción ciento por ciento boliviana.
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