Esta crisis de salud pública supone una grave amenaza para el desarrollo sostenible y el bienestar de la población, de ahí que requiera un enfoque regional, remarcó el mandatario al dar inicio a la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la SADC, efectuada de manera virtual.
La cita, convocada con carácter de urgencia, pretende “tomar decisiones para prevenir, combatir su propagación y dar una respuesta eficaz a esta enfermedad”, basados en las conclusiones de los ministros de Sanidad y en el informe del Consejo de Ministros de la SADC, dijo Loureço.
La clave está en un enfoque integrado y holístico, que aborde no solo los retos sanitarios, sino también los económicos, sociales, medioambientales y de gobernanza, añadió.
El presidente insistió en la preparación para las emergencias de salud pública, lo que supone el compromiso de fortalecer los sistemas de salud, la vigilancia epidemiológica, de laboratorio y ambiental, mitigar los riesgos y educar a la población.
“Necesitamos planes de emergencia sólidos, recursos humanos capacitados y sistemas de alerta eficaces que respondan de manera rápida, eficiente y coordinada, para poder controlar y prevenir los brotes de cólera en nuestra región”, dijo.
Agregó que se trata de una lucha que requiere una estrategia global que integre la promoción de la salud en las comunidades, atención sanitaria de calidad, una gestión eficaz de los casos y el uso estratégico de vacunas orales contra el cólera como medida preventiva.
Al respecto, mencionó que muchos integrantes de la SADC disponen de recursos limitados para la compra de productos médicos, vacunas, pruebas de laboratorio y reactivos para la prevención y gestión adecuada y oportuna de los casos; mientras que consideró como muy preocupante la “limitada capacidad para acceder a las vacunas”.
“Es necesario cuestionar las normas existentes y adaptarlas al contexto actual, para que los países puedan tener un acceso oportuno, equitativo y en cantidades seguras para todas las poblaciones de las zonas afectadas y de alto riesgo, en particular las víctimas de desastres naturales y las zonas fronterizas con casos activos”.
En tal sentido consideró como urgente fortalecer los mecanismos de transferencia de tecnología e invertir en fábricas para la producción local de medicamentos, productos médicos y vacunas, con miras a la autosuficiencia, garantizando además el desarrollo económico y tecnológico, la creación de empleos y el fomento de la innovación en el sector farmacéutico de la región.
“Nuestro enfoque debe centrarse en acciones sostenibles que mejoren el acceso al agua potable, el saneamiento adecuado y la promoción de prácticas de higiene individuales y colectivas, fundamentales para prevenir la transmisión de enfermedades, reducir la morbilidad y la mortalidad y proteger a las poblaciones”, apuntó.
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