De acuerdo con la Agencia de Noticias iraquí, la cancillería llamó al representante norteamericano en Bagdad, David Berker, debido a la ausencia del embajador para protestar por los ataques a sitios militares y civiles en las regiones de Akashat y Al-Qaim.
En este contexto, la presidencia de Irak rechazó la violación de la soberanía nacional y señaló que estos actos hostiles intensifican las tensiones y amenazan la seguridad y la estabilidad de la región en su conjunto.
A propósito, manifestó que las acciones norteamericanas socavan las posibilidades de éxito de las negociaciones en curso sobre la organización del trabajo de la coalición internacional.
«Llamamos a todas las partes a asumir sus responsabilidades nacionales ante los peligros y amenazas a los que el país está expuesto desde hace meses», añadió.
En este punto, destacó la importancia de celebrar una reunión de emergencia de las presidencias y los bloques políticos para discutir estos acontecimientos y sus repercusiones y adoptar posiciones claras y unificadas.
Al mismo tiempo, el Parlamento indicó que las repetidas agresiones estadounidenses contra cuarteles generales de seguridad iraquí «constituyen un flagrante desdén que no puede aceptarse».
En esta línea de mensaje, llamó al gobierno a acelerar la implementación de la decisión del legislativo de retirar las fuerzas de la Coalición Internacional, que amenazan la seguridad, la estabilidad y la soberanía de Iraq.
Con anterioridad, el portavoz del gabinete iraquí, Bassem Al-Awadi, negó cualquier coordinación previa con Estados Unidos para atacar las regiones de Akashat y Al-Qaim.
Según expresó, Washington engañó y falsificó deliberadamente los hechos al anunciar una coordinación previa para cometer esta agresión, que provocó la muerte de 16 ciudadanos, 25 heridos y pérdidas en edificios residenciales.
mem/yma