Un comentario de la agencia estatal de noticias KCNA señala que ese “acto violento de fascismo” evidencia la negación por Japón de su historia de guerra y el intento de glorificar el dominio colonial sobre la península coreana.
La remoción de la lápida «lastima las heridas» de los coreanos víctimas de trabajo forzado y provoca “una ira insoportable”, señaló el medio, que además pidió la restauración inmediata del monumento.
Este fue erigido en 2004 por un grupo cívico en un parque público de Takasaki para promover la comprensión pública de la historia sobre el dominio colonial japonés en la península coreana (1910-1045).
Según KCNA, solo en Gunma, miles de coreanos fueron confinados en fábricas de armamentos, minas, centrales eléctricas, aeropuerto y otras instalaciones al servicio de la guerra. Una gran parte de ellos murieron debido a las condiciones de esclavitud a que fueron sometidos.
Recordar a las víctimas, indemnizar a sus descendientes y prevenir la repetición de los crímenes del pasado son un deber legal y una obligación moral de las autoridades japonesas, subrayó.
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