“Es una calificación de grado de inversión bajísimo, pero aquí hay que establecer que de ninguna manera Bolivia ha dejado de pagar el servicio de la deuda externa”, aseguró el titular respecto a esta clasificación de incumplimiento de emisor en moneda extranjera de largo plazo.
Citado por una nota institucional de la cartera de Economía, el titular sostuvo que esa calificación de riesgo “carece de un análisis en su verdadera dimensión de los resultados positivos alcanzados en la economía nacional y los esfuerzos realizados para hacer frente al adverso entorno internacional”.
Reafirmó Montenegro que Bolivia paga puntualmente su servicio de deuda externa, y también criticó que el análisis de la calificadora no haya tomado en cuenta la estabilidad de precios, el crecimiento económico y del mercado laboral.
Lamentó que Fitch Ratings no consideró los factores de baja liquidez, falta de pagos de Argentina y el bloqueo de créditos en la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde están pendientes de aprobación más de 800 millones de dólares.
Precisó que “la deuda interna sumada a la deuda externa da 46 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), no 71”, como considera “la mala contabilización” de la calificadora.
Advirtió, asimismo, que “el problema de la deuda externa no es ningún tipo de óbice para que Bolivia pueda, digamos, entrar a los mercados internacionales de capitales”.
El reporte de la calificadora coloca las proyecciones de crecimiento para Bolivia en un rango pesimista, cuando en 2023 resaltó como la tercera economía con mayor crecimiento de Sudamérica.
Pese al contexto internacional desfavorable por la guerra de Ucrania y el incremento de los intereses en los países industrializados para mitigar la inflación, Bolivia logró un crecimiento positivo.
En contraste, otras naciones sudamericanas como Argentina, Uruguay, Chile y Perú registraron cifras negativas en su producto interno bruto (PIB) en el tercer trimestre de 2023, según la nota institucional.
De acuerdo con el Presupuesto General del Estado 2024, el país andino amazónico prevé un crecimiento del PIB cercano a 3,71 puntos porcentuales; una tasa de inflación del 3,60 por ciento, una inversión pública de cuatro mil 274 millones de dólares; un resultado fiscal de -7,80 unidades sobre 100, y todo eso con estabilidad en el tipo de cambio.
“Vamos a salir de este problema de liquidez, pero no es un problema de solvencia porque Bolivia tiene contratos de gas -consideró Montenegro-, tiene con Brasil, también los tiene con Argentina (…)”, concluyó el titular.
ro/jpm