Durante la entrevista concedida a Prensa Latina, destacó que el también secretario general del Frente Popular por la Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro (Polisario), fue recibido en el Palacio Presidencial por su homólogo irlandés, doctor Michael Daniel Higgins.
Subrayó el diplomático que durante el encuentro ambos mandatarios dialogaron sobre los últimos acontecimientos relacionados con el conflicto en Sahara Occidental.
Asimismo, abordaron las perspectivas del futuro de las relaciones y la solidaridad con la lucha del pueblo saharaui en el contexto europeo e internacional, incluida la posición del Frente Polisario sobre los cambios que acontecen en el mundo, de acuerdo con la situación de guerra en el territorio nacional.
Informó el embajador en tal sentido que el presidente irlandés expresó la posición de apoyo de su país a la lucha del pueblo saharaui por su libertad, autodeterminación y la independencia.
Según el embajador, ese punto de vista se basa en la legalidad, el derecho internacional humanitario y las resoluciones de las Naciones Unidas (ONU) respecto a la cuestión saharaui.
El dignatario Brahim Ghali viajó acompañado por una delegación integrada por el miembro del Secretariado Nacional, ministro consejero de la Presidencia a cargo de Asuntos Diplomáticos, Mohamed Uld Salek, y otros altos cargos.
Subrayó el embajador Salem Mohamed que el actual Gobierno de Irlanda es cercano a la causa de liberación de los pueblos saharaui y palestino.
“Si Irlanda reconoce a la RASD, van a seguirla otros países europeos y sobre todo los escandinavos”, dijo el diplomático a Prensa Latina.
Al recordar que el Frente Polisario proclamó el 27 de febrero de 1976 la RASD, sostuvo que el aniversario 48 se conmemora en condiciones especiales.
“Nuestro pueblo lleva tres años de guerra después de que Marruecos rompió el alto el fuego firmado en 1991 con el Frente Polisario en 1991 bajo los auspicios de la ONU y la Unidad Africana”, expresó.
Agregó al respecto que la RASD enfrenta en la actualidad múltiples retos, y entre los más destacados figuran las necesidades de la guerra y la familiarización con la nueva tecnología israelí, de la cual dispone Marruecos.
A la par, consideró muy importante conseguir el reconocimiento de más países al Estado saharaui, sobre todo en Europa y América Latina.
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