“En Bogotá se cometen tres homicidios cada día en promedio. Siempre habrá para una foto o comentario periodístico. Pero si hay objetividad y no manipulación tendría que decirse que es el promedio más bajo de la historia de Bogotá desde hace más de cuatro décadas”, afirmó el gobernante en una serie de mensajes publicados en su red social X.
“Están haciendo campaña política con la muerte y el miedo?”, cuestionó.
Petro lamentó los incidentes violentos ocurridos en la ciudad, al mismo tiempo que alertó sobre cómo estos sucesos se emplean como justificación para sembrar el pánico.
“Duele ver caer vidas humanas por la delincuencia. Debemos llegar a cero víctimas de la violencia. Pero la extrema derecha está jugando irresponsablemente con el miedo de la gente y quieren con esta muerte de personas votos sembrando miedo. Para colocar en la mente de las personas la zozobra con la cual sacar votos, ocultan la realidad de los datos”, alegó.
Asimismo, apuntó que “al tener una tasa de 12,8 homicidios por cada 100 mil habitantes, producto del esfuerzo de varios gobiernos distritales desde 1993 y de la sociedad bogotana toda, la ciudad está a punto de salir por completo de las ciudades consideradas violentas en el mundo”.
Esa estadística, refirió, es un logro de todos los alcaldes de la capital desde 1993, y de la sociedad bogotana y, según expresó, constituye “un logro que puede ser mejor y del cual no se deben burlar los buscadores de votos y los que quieren esos votos a punta de manipular las conciencias”.
Aseguró asimismo que el gobierno nacional ayudará al alcalde Carlos Galán en su actual compromiso de seguridad con la capital.
Por otra parte, aseveró que cada delincuente que extorsione o amenace desde la prisión será enviado a la cárcel de máxima seguridad, y que toda la inteligencia del estado de manera exclusiva se dedicará a perseguir a los máximos capos del delito.
“Buscaré que todo celular sea equipado del software de autodestrucción definitiva en caso de robo”, sentenció además el presidente, quien estimó también que el enorme volumen de teléfonos móviles hurtados no solo genera un negocio al delincuente sino que permite ampliar el mercado de venta de estos artefactos.
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