De acuerdo con la cadena NBC News la decisión es un desafío a la administración del presidente Joe Biden, la cual alienta a empresas publicas y privadas a establecer la inmunización obligatoria entre sus empleados.
La vacuna antiCovid-19 es segura, eficaz y nuestra mejor defensa contra la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, pero debe ser voluntaria y nunca forzada, expresó Abbott en un comunicado, en el que añadió que la orden de la Casa Blanca es una extralimitación federal.
Biden exigió el mes pasado a las empresas con 100 o más empleados que se aseguren que están vacunados o se someten a pruebas periódicas.
El Departamento de Trabajo aun no da a conocer los detalles de la norma de emergencia, pero el mandatario urgió a los empleadores que actuaran ahora y no esperaran a que el mandato entrara en vigor.
Abbott, que dio positivo por Covid-19 en agosto, se resiste a aplicar otros requisitos estrictos impulsados por Washington, como el uso de mascarillas sanitarias, especialmente en escuelas, y las pruebas recurrentes para detectar la enfermedad.
El gobernador, seguidor de las políticas del expresidente Donald Trump (2017-2021) emitió órdenes durante el verano para impedir a los gobiernos locales y distritos escolares exigir mascarillas o vacunas, imponiendo multas de mil dólares a quienes no las cumplieran.
En junio los tribunales de Texas aprobaron un proyecto de ley que prohíbe a los negocios privados exigir a los clientes una prueba de inmunización.
Otros estados también controlados por el partido Republicano adoptaron medidas similares, como en Montana y Florida, donde se aprobaron proyectos de ley para impedir la vacunación obligatoria de empleados y empleadores al interior de las empresas.
Abbot se mantiene reacio a imponer medidas severas contra el auge de la pandemia, a pesar de que su estado enfrenta un alto aumento de los casos y la saturación de los hospitales, lo que obligó a invertir en centros de infusión de anticuerpos monoclonales.
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