Según comunicó el grupo terrorista, dos combatientes de la rama de Jorasán del Estado Islámico (ISIS-K) mataron a tiros a los guardias del recinto religioso, entraron en el lugar y se inmolaron entre dos grupos de fieles, uno de los cuales estaba formado por unas 300 personas, indicó el portal Ariana News.
Se trata de la segunda semana consecutiva en la que miembros de ISIS-K detonan explosivos durante las oraciones de viernes y matan a decenas de seguidores de la fe islámica.
Producto de las explosiones ocurridas ayer en el interior de Bibi Fatima, el mayor recinto de fieles chiítas en Kandahar, al menos 41 personas murieron y otras 69 resultaron heridas, señaló la agencia de noticias Pajhwok.
El incidente tuvo lugar una semana después de que al menos 46 personas perecieron y 143 resultaron heridas cuando otro lugar de culto en la provincia septentrional de Kunduz fue blanco de un atentado realizado por ISIS-K.
Desde que los talibanes tomaron el control de Afganistán a mediados de agosto aumentaron los ataques del grupo Estado Islámico contra ellos.
Los fundamentalistas radicales islámicos conquistaron Kabul mientras Estados Unidos y sus aliados de la OTAN sacaron sus tropas del país centroasiático tras 20 años de ocupación militar, más de dos billones de dólares en gastos de guerra y miles de civiles muertos.
El movimiento Talibán domina una nación en peor situación socioeconómica que hace dos décadas, con 11 millones de refugiados en el exterior, cinco millones de desplazados internos y la mitad de la población amenazada por la hambruna.
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