Conocido como Lanmò san jou (Muerte sin días), el joven que está al frente de una de las bandas más peligrosas del país, aseguró que antes de salir de su vivienda dejó armas largas apuntando a la cabeza de los rehenes.
‘Mataré a todos ellos si no obtengo lo que pedí’, dice en el video, que fue filmado la víspera durante los funerales de cinco pandilleros ultimados en un enfrentamiento con la policía.
Los misioneros de origen estadounidense y canadiense pertenecen a Christian Aid Ministries (CAM), con varios años de operación en Haití, y fueron secuestrados el sábado en Ganthier, una zona bajo la influencia de la pandilla 400 Mawozo.
En el grupo retuvieron a cinco niños, el menor de ellos de ocho meses, y otros de tres y seis años, además de 12 adultos, confirmó la organización benéfica con sede en Ohio, Estados Unidos.
El Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos reveló que los religiosos estaban acompañados por al menos un haitiano que fungía como chofer.
Esta institución registró 782 secuestros desde enero y reveló que de julio a septiembre los casos se triplicaron con respecto a los meses anteriores.
Por su parte, los enfrentamientos entre bandas armadas iniciados en junio provocaron la muerte de más de un centenar de civiles, mientras más de 19 mil personas fueron empujadas de Martissant, un barrio pobre en la salida sur de la capital.
La inseguridad alcanza niveles alarmantes en Haití con el amplio control de las pandillas sobre vastas zonas de la capital.
El pasado domingo, el primer ministro Ariel Henry tuvo que huir de Pont Rouge, en el norte de la ciudad, en medio del fuego intenso de las pandillas. El jefe de Gobierno fue a depositar una ofrenda floral al padre independentista Jean Jacques Dessalines, sin embargo fue desalojado por hombres fuertemente armados.
El Gobierno pidió en varias ocasiones el envío de tropas norteamericanas para controlar la inseguridad, lo cual recibe críticas de numerosos sectores.
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