El despliegue de los francotiradores que dispararon contra una marcha en la localidad capitalina de Tayouneh, precisó la pesquisa, corrió a cargo de Simón Musallam, oficial de seguridad perteneciente a Fuerzas Libanesas.
Hasta ahora el comisionado del Gobierno ante el tribunal militar, el juez Fadi Akiki, acusó a 68 personas de participar en los hechos. Akiki explicó que Musallam supervisó la ubicación de los tiradores durante la noche anterior a la masacre.
Para la inteligencia y la fiscalía Militar, lo ocurrido no es un choque aislado y espontáneo, sino una acción militar con todas las de la ley.
Confesiones de los detenidos ratificaron que Musallam inspeccionó la zona de Ain al-Rummaneh y Tayouneh, pernoctó en esta última y la abandonó después de la balacera.
Los investigadores también descubrieron que Fuerzas Libanesas movilizó jóvenes con sus equipos militares para permanecer en lugares específicos en Ashrafieh y Ain al-Remmaneh.
La Fiscalía Militar tomó en cuenta esos reportes para interrogar mañana al jefe de Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, y escuchar su testimonio.
En caso de que rechace la citación, podría enfrentar una orden de arresto.
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