Si no cumplen con el requisito implementado por la administración del presidente, Joe Biden, corren el riesgo de perder sus puestos de trabajo, advirtieron.
La semana pasada, el Departamento de Policía de Chicago comunicó a sus empleados que quienes no reciban las dosis contra la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 también ponían en peligro sus prestaciones de jubilación.
La orden de la policía ocurrió poco después de que la alcaldesa de la ciudad del estado de Ilinois, Lori Lightfoot, anunció en agosto que todos los agentes debían vacunarse antes del 15 de octubre.
El presidente de la Orden Fraternal de la Policía de Chicago, John Catanzara, se opuso a esta medida y pidió a los agentes que desafiaran la orden de la alcaldesa.
Los movimientos sindicales que representan a los trabajadores de la primera línea también manifestaron su rechazo contra la obligatoriedad de la inmunización, y cuestionaron cómo el gobierno federal puede obligar legalmente a los empleados a revelar información médica.
En Seattle, el presidente del Gremio de Oficiales de Policía, Mike Solan, aseguró que el mandato de vacunación de la ciudad para sus empleados es ‘irrazonable’ y ‘carece de sentido común’.
Esta lucha entre los líderes sindicales y los funcionarios de la ciudad comenzó cuando Biden impuso en septiembre mandatos de vacunación a los trabajadores federales, a los empleados de las grandes empresas y a los profesionales de la salud.
La decisión involucra a más de 17 millones de personas en centros que reciben fondos de Medicare y Medicaid.
La Casa Blanca también anunció una orden para que todas las empresas con al menos 100 empleados exijan vacunas o pruebas semanales.
La norma de emergencia llegó mientras la nación reportaba un salto de contagios debido a la circulación de la mortífera variante Delta, que afectó principalmente a personas no inmunizadas.
Más de 700 mil individuos no superaron la Covid-19 en el país desde el inicio de la pandemia, la principal causa de muerte entre los departamentos de policía, alertó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Debemos tomar decisiones estrictas. Los departamentos policiales solo están tratando de salvar a sus empleados, añadió Psaki.
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