Los participantes en la cumbre de la organización que agrupa a las 20 naciones con economías más fuertes del planeta reiteraron también, en la declaración final, su decisión de continuar los esfuerzos para limitar el incremento a 1,5 grados.
Sin embargo, aunque reconocieron la importancia clave de lograr el nivel cero de emisiones de gases de efecto invernadero o neutralidad carbónica, acordaron alcanzar ese objetivo a mediados de este siglo, o en torno a ese momento, y no en 2050 como querían Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y Japón, entre otros.
Por otra parte, manifestaron la voluntad de reducir significativamente las emisiones colectivas de gases contaminantes, “tomando en cuenta las circunstancias nacionales” y respetando las Contribuciones Nacionales Determinadas.
Otro aspecto significativo de la declaración fue el respaldo a la implementación, a partir de 2023, de una arquitectura tributaria internacional más estable y justa acordada en la reunión de titulares de Finanzas y gobernadores de bancos centrales el 23 de julio último.
La media promovida por el G20 y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico prevé la aplicación de al menos un 15 por ciento de impuestos sobre las ganancias de grandes empresas transnacionales.
El documento de 20 páginas abordó una treintena de acápites relacionados con los temas debatidos y acuerdos adoptados, en las reuniones ministeriales y otras instancias, durante el año en el cual Italia ejerció la presidencia de turno del Grupo.
Entre ellos, economía y salud globales; desarrollo sostenible; apoyo a países vulnerables; seguridad alimentaria, nutrición, agricultura y sistemas alimentarios; medio ambiente; ciudades y economía circular; energía y clima; igualdad de género y empoderamiento femenino.
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