Los comentarios del ministro libanés de Información, George Kordahi, al calificar de absurda la guerra en Yemen y estimarla una agresión saudita-emiratí, son solo un detonante para un enfrentamiento geopolítico entre Irán y el reino del desierto.
La escalada poco tiene que ver con lo que dijo el conocido presentador de televisión, sino con el tira y afloja entre Riad y Teherán, subrayó.
“Kordahi fue sólo un pretexto para algo que estaba en preparación, dijo, y Líbano se convierte así en uno de los campos de batalla entre Irán y Arabia Saudita junto con Siria, Yemen e Iraq”.
En todos esos casos, agregó, los dos rivales regionales apoyan bandos opuestos.
Las autoridades sauditas al retirar a su embajador de Beirut, pedir igual medida para el libanés en el reino y suspender las importaciones libanesas, ejercen presiones para que adopten una línea más dura con Hizbulah.
A juicio del reino del desierto, el Partido de Dios ejerce una influencia considerable en Líbano, con escaños en el Parlamento y puestos en el Gobierno, aunque Riad lo clasifica de terrorista.
El primer ministro Najib Miqati lamentó el endurecimiento e instó a los sauditas a una reconsideración.
No pidió la renuncia de Kordahi, pero lo justificó al decir que habló a título personal y no del Gobierno libanés.
El ministro se negó a ofrecer disculpas, mientras que Hizbulah rechazan cualquier petición saudita con ese motivo.
La disputa diplomática con Arabia Saudita y afiliados al Consejo de Cooperación del Golfo se vuelve más dañina, en tanto que sobrevino en uno de los peores momentos económicos y financieros de Líbano.
Entretanto, Riad y Teherán celebran y celebraron diálogos destinado a aliviar sus tensas relaciones rotas desde hace cinco años.
Los vínculos se suspendieron desde las manifestaciones contra las misiones diplomáticas sauditas en la república islámica por la ejecución en el reino de un clérigo musulmán chiita.
Bitar aseveró que la crisis libanesa-saudita forma parte del proceso negociador, pero Beirut paga los platos rotos.
“Cuando dos elefantes pelean, la hierba es la que sufre y Líbano, por enésima vez en su historia, es la hierba que sufre cuando esas guerras por poderes se vuelven más intensas”, puntualizó.
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