La derrota demócrata por esa gobernación es considerada una advertencia para el partido de cara a las elecciones intermedias de 2022, que se consideran un referéndum sobre los dos primeros años de mandato del presidente Joe Biden.
Fuentes del entorno opinaron que la confianza de los azules cedió ante el entusiasmo de los rojos en un estado donde Biden superó al expresidente Donald Trump en 2020 por 10 puntos.
Mientras la puja por la butaca del estado de Nueva Jersey registraba un empate técnico entre el republicano Jack Ciattarelli y el demócrata Philip Murphy con apenas 61 votos de ventaja para el candidato rojo, según informo la cadena CNN esta mañana.
A lo largo de las elecciones, Youngkin, aunque no desprecio el apoyo de Trump, se mantuvo a cierta distancia y no apareció en campaña junto al exmandatario, pese al mensaje de los azules que trataron de influir para presentarlo cercano al controversial exocupante de la Casa Blanca.
La victoria de Youngkin parece ser la confirmación de que la estrategia no dio los frutos esperados, enviando una señal a los candidatos republicanos y demócratas de cara a las elecciones intermedias.
En New Jersey, el llamado Estado Jardín, ambos candidatos esperan el conteo de todos los votos provisionales y por correo para saber el resultado.
Hasta ahora, Ciattarelli, de 59 años, superó todas las encuestas de opinión realizadas durante la campaña en un estado en el que los demócratas registrados sobrepasan a los republicanos en casi 1,1 millones de votantes.
Los computos de estos comicios marcan una jornada fuerte para los rojos representados por el asno sobre los azules identificados con el elefante a menos de un año después de que los votantes los empujaran completamente fuera del poder en la capital de la nación.
En la carrera por distintas plaza en la política del país sin dudas influyó la labor del presidente Biden cuyo índice de aprobación cayó a nuevos mínimos, mientras los demócratas del Capitolio se esfuerzan por unirse a su programa legislativo.
Según estudiosos, los últimos resultados electorales sugieren una ominosa erosión del apoyo en los suburbios que había llevado al partido al poder.
Los republicanos sufrieron repetidas pérdidas en las urnas en los últimos cuatro años, mientras el partido luchaba por motivar a una base profundamente unida a Donald Trump sin alienar a los votantes suburbanos que llegaron a rechazar el estilo político divisivo del expresidente.
Igual de preocupante para los azules es que de las 36 gobernaciones que se disputan en 2022, ocho están ahora en manos de los demócratas en estados donde tuvieron un margen de victoria más pequeño en 2020 que Virginia.
Esa lista incluye tres de los campos de batalla presidenciales más cruciales: Pensilvania, Michigan y Wisconsin.
Tras los resultados del lunes los estrategas de ambos partidos opinan que, a menos que el entorno político mejore para los demócratas, éstos corren el riesgo de perder tanto la Cámara como el Senado en 2022.
En otras plazas con cargos en disputa los republicanos avanzaron en su camino para volver a la Casa Blanca en 2024.
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