“El incidente diplomático ha terminado. Un enviado especial irá pronto a República Dominicana”, declaró el titular al diario Le Nouvelliste, pocas horas después de que el Gobierno vecino dictara una serie de medidas para frenar la migración y controlar la inseguridad.
La tensión escaló entre los países esta semana, luego que Abinader llamara a la comunidad internacional a actuar con urgencia en Haití ante la crisis de inseguridad, mensaje que respondió el canciller Claude Joseph recordando que los problemas delincuenciales son compartidos por las dos naciones.
Horas después el viceministro dominicano de Asuntos Consulares y Migraciones, Jatzel Román, informó que el Gobierno decidió suspender indefinidamente el programa de visas especiales para estudiantes haitianos, aunque Abinader matizó en conferencia de prensa que la medida no afectará a los que actualmente cursan estudios en el país.
La disputa diplomática en Twitter dividió a la opinión pública, entre los que señalan que Haití debe regular los lazos comerciales como respuesta, y quienes criticaron a Joseph por la supuesta falta de tacto.
El expresidente de la Asamblea Nacional (parlamento), Youri Latortue, consideró como racista la decisión de Dominicana y señaló que contrasta flagrantemente con la presunta solidaridad hacia Haití.
En la misma línea el profesor universitario James Boyard, estimó que el momento es oportuno para darle un respiro a la entrada de bienes dominicanos al país. “Es hora de aprovechar la oportunidad para hacernos respetar”, escribió el académico de la Universidad Estatal.
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