“Queremos construir una patria diferente, hagámosla en conjunto”, dijo en su alegato final la primera ministra Mirtha Vásquez, en una síntesis de su propuesta de diálogo y concertación para la gobernabilidad frente a la beligerancia opositora, calificada como desestabilizadora por fuerzas progresistas.
El principal argumento fue señalar que los lineamientos políticos, que a la postre aprobó la mayoría congresal, son los mismos que presentó su antecesor Guido Bellido, a cuyo gabinete ministerial dio su aval el Legislativo.
La confianza se aprobó por 68 votos a favor y 56 en contra, en tanto la bancada del partido gobernante Perú Libre se dividió entre 19 congresistas a favor y 16 en contra.
Estos últimos alegaron que no apoyan a la primera ministra por no ser militante de la organización, pero mantienen su adhesión al presidente Pedro Castillo.
De los tres partidos de derecha extrema que podían negarse en bloque a otorgar la confianza, solo Fuerza Popular aportó sus 24 votos en contra, mientras Avanza País (tres a favor y seis en contra) y Renovación Nacional (2/6) se dividieron.
La bancada del cogobernante Juntos por el Perú votó unánime por la confianza, al igual que el centrista Acción Popular, en tanto las demás agrupaciones estuvieron divididas, pero en su mayoría a favor.
Al responder a los ataques de la oposición y las afirmaciones de que el Gobierno dialoga con dirigentes de protestas sociales violentistas y terroristas en lugar de poner orden, Vásquez ratificó que no se trata de terrorismo, sino de expresiones de conflicto de gente que tiene demandas justas y no son atendidas.
Añadió que, en todo caso, los hechos de violencia no deslegitiman las peticiones de la población que a veces se expresa ejerciendo su derecho a la protesta, consagrado por un dictamen del Tribunal Constitucional.
Según Vásquez es posible que la política del Gobierno no satisfaga a todos y añadió que el país debe creer que se puede hacer política de manera diferente y al servicio de la población; pero, sobre todo, de los más pobres.
“Este es un día de lucha y también de esperanza, de transformación, en el que intentamos hacer posible un Perú diferente que nos acoja a todos sin distinciones”, aseveró.
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