Según De Santis, un republicano que aspira a la reelección en 2022, el objetivo de ese paquete de medidas es “proteger los empleos”, pues según la normativa impuesta por la Casa Blanca todos los trabajadores de compañías con más de 100 funcionarios deben estar vacunados o someterse a pruebas regulares.
Washington anunció que a partir de enero entrarán en vigor los mandatos de inmunización para más de 100 millones de trabajadores privados y las empresas que incumplan recibirán una multa de hasta 14 mil dólares.
El jefe del ejecutivo del estado sureño repitió una afirmación engañosa de que las vacunas no protegen contra las infecciones por el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19.
Las leyes promulgadas hoy implican que ni siquiera las entidades gubernamentales pueden pedir certificados de vacunación a nadie, incluidos los empleados, ni las instituciones educativas a los estudiantes.
Además, DeSantis pretende que la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) no tenga jurisdicción sobre Florida, un trámite que según medios locales podría tardar varios años.
Paralelamente, el Gobierno de Florida demandó a la administración Biden por obligar a quienes trabajan para el ejecutivo federal a estar vacunados antes del 8 de diciembre.
La Casa Blanca apuesta por los mandatos ante la resistencia a la inmunización por parte de sectores conservadores de la sociedad estadounidense.
Millones de personas en este país norteño rechazan recibir las dosis necesarias para enfrentar la Covid-19, una enfermedad que ya causó en el territorio nacional más de 766 mil muertes.
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