La alta Comisión Nacional Electoral (HNEC, por sus siglas en inglés) anunció que al cierre del 23 de noviembre son ya dos mil uno los aspirantes a una curul en el hemiciclo.
La candidatura para el legislativo continúa abierta, no así para la presidencia, que cerró hace dos días.
Según la HNEC, 98 personas inscribieron su nombre para luchar por la máxima magistratura del país en las elecciones previstas para el 24 de diciembre.
La institución deberá validar cada una de esas candidaturas antes del 8 de diciembre, cuando comienza la campaña electoral.
Varias figuras de peso anunciaron sus planes para ocupar el sillón presidencial, entre ellos, el mariscal Jalifa Haftar, hombre fuerte del este del país, Saif al Islam, hijo del derrocado Muamar al Gadafi, el presidente del Parlamento, Aqilah Saleh, y el primer ministro interino Abdul Hamid Dbeiba.
Los resultados son impredecibles debido a la polarización y dependen mucho de los nombres y qué tan fuerte sea la movilización a favor de los candidatos, estimó días atrás Claudia Gazzini, analista de asuntos libios del International Crisis Group, en declaraciones al canal de noticias Sky News Arabia.
La comunidad internacional considera clave esos comicios para intentar terminar con la espiral de violencia que vive el país desde el derrocamiento de al Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, entre ellos Estados Unidos, Francia y Reino Unido.
Bajo el auspicio de la ONU, 75 delegados libios en representación de diversas facciones y territorios, eligieron en febrero último un Gobierno de transición, encargado de dirigir al país hasta la celebración de esas elecciones.
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