Arce insistió en que la oposición, a la que están integrados los grupos radicales protagonistas del golpe de Estado de 2019, busca romper con el orden constitucional y hacerse con el poder mediante la confrontación.
Apuntó que esos grupos y comités cívicos tratan de desgastar a la administración en el poder y generar condiciones para justificar una nueva asonada.
El mandatario señaló que esas fuerzas buscan desestabilizar al gobierno democráticamente electo al desconocer la voluntad de la mayoría de los bolivianos y cuestionan la legitimidad de los comicios de octubre de 2020, donde el Movimiento al Socialismo (MAS) se impuso con más del 55 por ciento de los votos.
Recordó que el proceso electoral transcurrió bajo las reglas del gobierno de facto, encargado de designar a las autoridades electorales y también aspirante a los cargos públicos en las urnas, sin embargo el voto popular favoreció al modelo de desarrollo del MAS.
En ese sentido destacó los resultados positivos de ese modelo que durante los 13 años de gestión del expresidente Evo Morales (2006-2019) ubicó a Bolivia como el país de mejores indicadores de la región.
Arce insistió en que, a pesar de las trabas opositoras, la nación suramericana recupera los índices de desarrollo previos al golpe de Estado.
“Felizmente para los bolivianos empezamos a tener resultados sumamente alentadores. De un crecimiento negativo el año pasado de menos 11 por ciento pasamos a un indicador que está por encima del 9 por ciento”, afirmó.
Sobre otros temas el Presidente boliviano advirtió sobre la situación sanitaria mundial con la aparición de Ómicron, la nueva variante del coronavirus SARS-CoV-2, y la necesidad de articular políticas globales para hacer frente de manera efectiva a ese y otros retos.
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