La cartera basó su cálculo en el impredecible comportamiento de la pandemia de Covid-19 -ahora más complicado por la variante Ómicron del SARS-CoV-2- y las persistentes incertidumbres sobre el crecimiento global.
En el plano doméstico, citó las afectaciones al turismo, la aviación civil, el comercio minorista y los sectores orientados al consumidor.
Analistas del ministerio consideraron que aunque en 2022 el crecimiento del Producto Interno Bruto será inferior al de 2021, superará la tasa promedio del tres por ciento registrada en los cinco años anteriores.
En el trimestre julio-septiembre la economía singapurense dio un levantón y creció 7,1 por ciento, lo que alimentó las esperanzas de cerrar el cuarto muy cerca del 7,0 por ciento.
La relativa contención de la pandemia de Covid-19 y una tasa de vacunación contra la enfermedad superior al 90 por ciento, permitieron al país flexibilizar las regulaciones sanitarias y reanimar las actividades productivas.
En 2020 la economía de la ciudad-Estado singapurense marcó cuatro trimestres consecutivos en cifras rojas, pero ya a inicios de este año dio síntomas de recuperación al crecer 1,5 por ciento.
Singapur es una de las naciones del sudeste asiático que mejor encara la pandemia de Covid-19. La cifra de contagiados anda por 267 mil (en una población cercana a los seis millones de habitantes), y la de muertes no llega a 750.
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