El paro reivindicativo por 24 horas del martes 7 pasado incluyó el de la refinería, en la cual al reanudar su funcionamiento surgió una rotura de cuya responsabilidad cada parte se excluye.
La directiva empresarial lo atribuyó a la protesta obrera, una posición que contó con el apoyo del secretario de la Presidencia de la nación, Álvaro Delgado, con un discurso oficialista antisindical y amenaza de reclamación financiera.
Según recordó el dirigente de la Federación gremial (Fancap), Gerardo Rodríguez, el conflicto comenzó cuando el directorio denunció unilateralmente el convenio colectivo y a la oferta de extenderlo por dos semanas con guardias en refinería, el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, la rechazó.
“Se están haciendo acusaciones muy graves y las vamos a evaluar con nuestra área de jurídica”, advirtió el sindicalista.
Asimismo explicó que el funcionamiento de esa instalación durante el paro nunca estuvo bajo control obrero, por lo que la falla denunciada es responsabilidad del directorio y no mala gestión de los trabajadores. Por todo lo expuesto Fancap consideró exponer ante la OIT que “hay una lesión al fuero sindical y a la negociación colectiva”.
Rodríguez enfatizó en que la convocatoria del paro fue también para rechazar los planes gubernamentales de privatizar la industria nacional de portland, que constituye un desconocimiento de lo que resolvió el pueblo en referendo de 2003 por preservar las empresas públicas uruguayas.
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