Esa entidad cumple un importante rol en la generación de empleos y fuentes de trabajo para miles de obreros dedicados a esa actividad, añadió el mandatario en un acto por el aniversario 53 de la organización.
La Fencomin acogió a miles de mineros y trabajadores del país, desde su fundación el 21 de diciembre de 1968, agregó el mandatario, citado por la Agencia Boliviana de Información.
Esa integración a la minería –precisó el gobernante- ocurrió en especial en tras la crisis de 1985 en tiempos neoliberales, cuando recibió a un ejército de desocupados por el cierre de las minas estatales.
“De ahí, la trascendencia de Fencomin y su contribución al desarrollo económico, político y social del país”, resaltó el presidente.
La organización, según Arce, no solo generó fuentes de trabajo y riqueza, sino que devino “mecanismo de asistencia técnica y financiera para el cooperativismo minero”.
El presidente valoró también el apoyo incondicional al proceso de cambio y ante los hechos de nuevos intentos golpistas y de convulsión por parte de comités cívicos durante las anteriores semanas.
La autoridad lamentó que el sector minero también fuera golpeado por la pandemia de la Covid-19 y por las malas decisiones del Gobierno de facto que despojó en 2019 del poder al gobierno constitucional de Evo Morales.
“Por este motivo –recordó el jefe de Estado- desde que asumimos la Presidencia, nos reunimos con las cooperativas mineras de los nueve departamentos y coordinamos estrategias para salir de la crisis”.
Para el gobernante, esas agrupaciones obreras locales “deben ser un ejemplo de trabajo y, sobre todo, de solidaridad para el país”.
Arce admitió recibir con mucho agrado las propuestas de Fencomin para la industrialización de los recursos naturales y apoyar como Gobierno nacional esa iniciativa.
Esta última, reflexionó, busca industrializar al país, y sustituir importaciones para generar ingresos, bienestar y mejor calidad de vida para los bolivianos.
El presidente anunció que aportará una sede a la Federación, “donde se pueda discutir la política minera, su industrialización y convertir a Bolivia en una potencia, con industria y tecnología propias”.
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