Conocido popularmente como Chichizo, el artista residía en esa urbe hacía varios años, y es considerado uno de los más importantes exponentes del denominado séptimo arte en el país sudamericano.
A su ingenio el cine boliviano debe, entre otras producciones, los cortometrajes El camino de las almas y Martín de las Crujías, y el documental largometraje Inal Mama, sagrada y profana, para muchos su obra más importante.
López cursó estudios de antropología audiovisual en México, y a su regreso a Bolivia, en 1976, comenzó a trabajar como asistente del director Jorge Sanjinés y fue miembro del Grupo Ukamau.
Antes de dirigir se desempeñó como camarógrafo, fotógrafo, y en diversos momentos de su carrera profesional ejerció la pedagogía con las nuevas generaciones de cineastas.
Chichizo fue director del Consejo Nacional del Cine en dos ocasiones, y un gran impulsor de la labor de la Cinemateca Boliviana.
Su corto Martín de las Crijías le hizo merecedor en 1992 del Gran Cóndor de Plata. que entrega la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.
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