Ver lo difícil que fue hacerse una prueba este fin de semana muestra que tenemos más trabajo por hacer, afirmó el mandatario en una conferencia telefónica con el equipo de respuesta a la pandemia y un grupo de gobernadores estatales.
Para evitar las largas filas, el jefe del ejecutivo ordenó a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias establecer sitios emergentes en lugares con alta demanda, como la ciudad de Nueva York.
Asimismo, informó sobre una asociación con Google para encontrar a través de sus aplicaciones lugares cercanos para hacer las pruebas, mientras el país enfrenta una nueva ola de la pandemia provocada por la propagación de la variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2.
Pero claramente no es suficiente, reconoció este lunes el Ocupante del Despacho Oval, quien la semana pasada anunció la distribución gratuita de 500 millones de test a partir de enero.
Esa decisión de repartir pruebas se produce en un momento complejo para Biden, quien cumplió la promesa de frenar la pandemia, y ahora la Covid-19 cobra la vida de más de mil estadounidenses todos los días y se propaga a una velocidad asombrosa.
Estados Unidos experimenta un alza de contagios, muchos de ellos en edades pediátricas, aunque las autoridades aseguran que gracias a la vacunación las hospitalizaciones no se han incrementado de manera brusca.
Esta nación norteamericana es la de peores cifras a nivel global desde que en marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud declaró como pandemia a la Covid-19 y desde entonces murieron aquí más de 805 mil personas.
El promedio de casos subió a más de 200 mil diarios y solamente el 62 por ciento de la población cuenta con el esquema completo de vacunación, de acuerdo con estadísticas del diario The New York Times.
Estados como Florida y Nueva York reportaron un número récord de infecciones recientemente.
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