Durante la Misa de Navidad que celebraron este jueves los fieles de esa confesión religiosa, el patriarca estimó de encrucijada fatídica la situación actual en el país.
“¿Saben los funcionarios que la pobreza y las enfermedades son cada vez más profundas y que el éxodo aumentó a un ritmo alarmante?”, preguntó el clérigo ante los asistentes a la catedral de la barriada capitalina de Antelias.
No es posible permanecer en silencio sobre esas tragedias y condiciones miserables y los responsables deben rendir cuentas por el actual estado de cosas, dijo.
“Líbano, uno de los pioneros en el progreso y la prosperidad, añadió, ahora es uno de los más atrasados, pobres, políticamente perdido y socialmente desastroso”, señaló Aram I.
Las tragedias y los problemas sociales acechan a las familias libanesas, entonces, “¿cómo podemos esperar que otros nos ayuden cuando no nos ayudamos a nosotros mismos?”, cuestionó.
Aram I emitió un llamamiento a la cúpula gobernante y las autoridades para trabajar unidos en una salida al estancamiento y evitar un inminente colapso total, subrayó.
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