Arce y su gabinete asumieron desafíos y lograron reubicar a la nación en la senda del crecimiento económico tras la caída en picada de 2020, destacan expertos y medios de prensa locales.
Desarrollaron intensa labor de adquisición de vacunas antiCovid-19 e implementaron la campaña de inmunización, en tanto recuperaron el acceso a la educación como un derecho refrendado en la Constitución.
El año pasado también el Ejecutivo y la población celebraron el derrumbe de la tesis de fraude electoral que promovieron los opositores (con apoyo de la Organización de Estados Americanos) que no aceptaron la victoria de Evo Morales y el Movimiento al Socialismo en los comicios de 2019 y promovieron un golpe de Estado.
La explosión de la teoría de fraude electoral la aceleró el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Esta investigación pulverizó al menos 10 tesis usadas por actores políticos de la oposición y la jerarquía católica del país, amplificadas por numerosos medios de difusión para justificar el discurso y la violencia del régimen de Áñez, acotó al respecto la agencia ABI.
También el pasado año las autoridades bolivianas denunciaron la desinformación y las mentiras divulgadas por algunos medios con el fin de desacreditar y derribar tanto a Morales como a Arce.
Con esta manipulación igualmente estimularon el rechazo popular a leyes promulgadas legítimamente por el actual Gobierno.
En 2021 Bolivia regresó con más fuerza al ámbito, reafirmó su membresía en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Con la asunción de Arce la nación estrechó lazos con Cuba, Rusia, China, México, Argentina, Perú y Chile y además volvió a consolidarse como nación plurinacional.
Igualmente el año pasado los sectores opositores sufrieron una derrota en sus intentos de desestabilización del Gobierno (en un contexto en que hasta se denunciaron planes de magnicidio), y el pueblo protagonizó la Marcha por la Patria en apoyo al mandatario.
Con esta expresión multitudinaria de respaldo al presidente y al Movimiento al Socialismo frenaron la conjura impulsada por cívicos de Santa Cruz y Potosí.
A mediados de 2021 el portal noticioso The Intercept difundió un reportaje titulado: “Exministro de Defensa boliviano planeó un segundo golpe con mercenarios estadounidenses”.
La indagación, que incluyó documentos y grabaciones de audio de llamadas telefónicas sostenidas por Luis Fernando López, exministro de Áñez, y otros actores, desnudó un plan (que incluía magnicidio) de despliegue de mercenarios para evitar que Arce asumiera la presidencia.
Salió a la luz en este escenario que la gestión de Áñez (actualmente bajo prisión preventiva a la espera de juicio) pidió armas a Estados Unidos y Gran Bretaña, presumiblemente para “reprimir al pueblo boliviano”.
El Gobierno de Arce también expuso que el expresidente de Argentina, Mauricio Macri, y el exmandatario de Ecuador, Lenin Moreno, apoyaron al régimen de facto con material bélico que fue usado para la represión tras el golpe de Estado, hechos que continúan bajo investigación así como todos los involucrados en la asonada golpista.
Pero en 2021 Bolivia repuntó también económicamente gracias la reactivación gubernamental, y en octubre el país exhibía un superávit comercial de mil 584 millones de dólares, el más alto en siete años.
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