Pese al rechazo por Moscú de una campaña para situarla como una amenaza al llamado viejo continente, el canciller polaco, Zvigniew Rau, declaró en Austria que la región afronta el mayor peligro de conflicto bélico en tres décadas.
Esas palabras son parte de su intervención en Viena, durante la tercera ronda de negociaciones entre las partes en el marco de la OSCE.
Varsovia ocupa la presidencia pro témpore de ese órgano y el canciller expuso ante el plenario reunido en la capital austríaca sus prioridades en un contexto signado por el diferendo entre Moscú y Kiev.
Rusia reclama al gobierno de Ucrania que cumpla con los acuerdos de Minsk y dialogue con las repúblicas rebeldes de Donetsk y Lugansk, según declaró días atrás el portavoz presidencial Dmitri Peskov quien desmintió informaciones sobre una hipotética invasión a esa nación.
El vocero del Kremlin consideró que tales mensajes cumplen el objetivo de aumentar de manera infundada la tensión bilateral, pero no descartó provocaciones que servirían para justificar esas palabras.
También advirtió que los intentos de resolver la crisis en el sudeste de Ucrania por la fuerza tendrán consecuencias graves.
En ese contexto, las conversaciones diplomáticas mantenidas en Ginebra por Estados Unidos y Rusia no lograron aliviar las tensiones y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) emplazó 13 mil soldados, 200 tanques, y tres docenas de aviones y helicópteros en Europa del Este, además de 10 mil “instructores” en Ucrania.
Por su lado, el Kremlin rechazó cualquier ampliación de la alianza transatlántica hacia los países situados en el antiguo bloque soviético.
Esta jornada, la OSCE celebró su primera sesión de este año con la presencia de embajadores de los 57 países miembros, pero la víspera el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se mostró alarmista, al comentar que el riesgo de un nuevo conflicto armado es real y la salida debe ser la desescalada.
Ante esas palabras, el Kremlin ratificó que su despliegue militar es una reacción a la presencia “creciente y amenazante” de la alianza atlántica en la zona.
Con anterioridad, Peskov indicó que su país elogiaría un llamado a Kiev para que cumpla con sus compromisos en virtud de los acuerdos e intente alcanzar una solución pacífica al problema interno pero, desafortunadamente, no existen esas declaraciones, según sus palabras.
Más tarde aseguró que Rusia se esforzará para ayudar a Ucrania a resolver el conflicto en Donbass al mantener su compromiso con el Cuarteto de Normandía y los acuerdos de Minsk, establecidos en 2015 para lograr una solución pacífica al conflicto en la región.
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