«A un año de su presidencia, la posición de Joe Biden ante el pueblo estadounidense está disminuida, y es una figura más pequeña de lo que era cuando entró en la Casa Blanca», dijo el encuestador demócrata Jeff Horwitt, de Hart Research Associates, al opinar sobre los resultados de sondeos que evidenciaron ese descenso.
Según la encuestadora Gallup, el 46 mandatario del país terminó el primer año con un índice de aprobación del 48,9 por ciento, más bajo que el de muchos otros que ocuparon el cargo, pero más alto que el de su predecesor inmediato, Donald Trump. Desde hace varios días, la llamada gran prensa estadounidense pregunta qué hizo Biden tras un año en el cargo respecto a las cuatro crisis que prometió abordar.
Como candidato presidencial, se vendió a sí mismo como preparado para enfrentar el coronavirus, la economía, el cambio climático y la injusticia racial. Esos cuatro temas siguen siendo fundamentales para la presidencia de Biden, señaló el diario The Washington Post (WP).
Ciertamente, el ocupante de la Casa Blanca intentó hacer política consecuente, en algunos casos, con sus promesas de campaña, pero no contó con el entorpecimiento que harían los republicanos, y también dos demócratas, a su agenda de gobierno que incluyen fondos y planes para cumplir sus promesas.
Pero los problemas imprevistos y la férrea oposición republicana obstaculizaron sus esfuerzos por resolverlos o avanzar en ellos, y dejaron a muchos de los que clamaban por los cambios prometidos con la sensación de que no se hizo lo suficiente hasta ahora, valoró el WP.
En sus primeros 12 meses en el cargo, el demócrata no arriesgó suficiente capital político, opinan expertos y seguidores del jefe de la actual administración.
Pudiera considerarse a su favor que enfrenta la peor pandemia en más de 100 años, uno de los campos minados que le dejo Trump que no trató el problema con la seriedad y los recursos necesarios.
Biden desplegó un esfuerzo masivo de salud pública, pero las infecciones de Covid-19 se elevan con la nueva variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.
En este, y en otros muchos casos, su equipo no fue suficientemente efectivo en trasmitir los logros al público, según valoró David Brooks, comentarista del diario The New York Times.
En cuanto a la economía, por afectaciones como la Covid-19 y el cuello de botella en los puertos del país, una mina a largo plazo «sembrada» por Trump, el mandatario registra hoy bajos niveles de aprobación.
El 60 por ciento de los consultados por la televisora NBC News desaprueba su trabajo en la economía contra el 38 que le da su aprobación.
El desencanto es un sentimiento que colma a sus seguidores, en especial entre los latinos, pues pese a presentar un ambicioso plan migratorio este no prosperó al igual que otras iniciativas que se mantienen estancada en el Legislativo como su plan Build Back Better (Construir mejor) y las leyes en defensa del voto, entre otros.
Incluso en asuntos en los que solo debía seguir la línea del demócrata Barack Obama, como las relaciones con Cuba, cedió a intereses de Miami, donde difícilmente los demócratas puedan vencer a Trump o a su potencial rival, el gobernador Ron DeSantis.
En cuanto a la política exterior pese a que tuvo el valor de salir de Afganistán, lo desordenado del proceso le restó brillo, mientras no logra avanzar un acuerdo con Irán en el tema nuclear, calienta las relaciones con China y para colmo en su conferencia del miércoles, dio la impresión de impulsar una invasión rusa de Ucrania.
Doce meses después, estos problemas se mantienen en el centro del debate político, mientras sueñan las alarmas sobre la estabilidad del sistema ante amenazas de supresión y subversión del sufragio, golpes de Estado, guerras civiles y terrorismo doméstico ultraderechista.
¿Biden alcanzo logros? Indudablemente. Pese a la crisis inflacionaria que afecta el bolsillo de los estadounidenses, su estrategia económica generó casi seis millones de empleos y 2021 acabó con una tasa de desocupación de sólo 3,9 por ciento.
Por otra parte, algunas estadísticas oficiales muestran que la pobreza bajó a niveles prepandemia, y se redujo un 40 por ciento la tasa de pobreza de los niños. Según la Casa Blanca, otros indicadores como salarios, ahorros y creación de empresas también son positivos, aunque la desigualdad económica entre los más ricos y el resto de la población se amplió.
Todo esto reta el dominio demócrata en el Congreso cuando las elecciones de medio término ocurrirán en noviembre de 2022 y el camino no se vislumbra nada fácil para Biden y su partido.
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