En respuesta a la solicitud presentada por el denominado Movimiento Venezolano por el Revocatorio y otras organizaciones adherentes, el Consejo Nacional Electoral (CNE) realizó el miércoles último la jornada de recepción de manifestaciones de voluntad previa a la activación de un eventual referendo.
Para la celebración del proceso, las autoridades comiciales instalaron un total de mil 200 centros en las 24 entidades federales del país, los cuales registraron una baja concurrencia de votantes.
En tal sentido, la presidenta de la Junta Nacional Electoral, Tania D´ Amelio, informó en rueda de prensa que el procedimiento arrojó la recepción de poco más de 42 mil manifestaciones de voluntad, tal como certificaron los testigos de las organizaciones civiles y con fines políticos proponentes de la solicitud.
Asimismo, indicó que ningún estado del país logró el 20 por ciento del registro electoral requerido para la activación del referendo revocatorio, como establece el ordenamiento jurídico vigente.
Por ende, el CNE declaró sin lugar la solicitud del ejercicio de revocación del mandato presidencial, y manifestó además la improcedencia de una nueva iniciativa en ese sentido contra el presidente Nicolás Maduro durante el resto de su período de gobierno (2019-2025).
Al respecto, el mandatario venezolano atribuyó el “estrepitoso” fracaso de la oposición venezolana a la agenda golpista promovida por la extrema derecha l golpismo que esta misma bancada política ha practicado en Venezuela en los últimos años.
Durante su intervención en el acto de apertura del año judicial, el jefe de Estado indicó que para el proceso de recepción de manifestaciones de voluntad, el Consejo Nacional Electoral otorgó todas las condiciones para la recolección de firmas, pero la oposición apenas logró convocar al 1,1 por ciento de los electores registrados.
A su vez, el presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), Jorge Rodríguez, consideró que las 42 mil firmas recogidas por la oposición para convocar al referéndum revocatorio contra el mandatario de Venezuela constituyó la expresión más “paupérrima y desértica” que haya conocido la historia política del país sudamericano.
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