La pintura de una araña con un cuchillo en los colores ocre, amarillo y gris, resalta sobre el fondo blanco de la huaca (término que denomina todas las sacralidades fundamentales incaicas) de 15 metros de diámetro por cinco de altura parcialmente destruido por los agricultores.
Descubierto hace dos semanas en la provincia de Virú, al norte de esta capital, el mural se ubica estratégicamente en las cercanías de un río y su iconografía demuestra la importancia de las divinidades del agua, refieren los investigadores en un informe preliminar.
Aunque todavía no se ha desarrollado un estudio en profundidad, los especialistas afirman que parece ser una muestra de la cultura Cupisnique, descubierta por Rafael Larco en 1930, se desarrolló durante la Época Formativa, tres mil años atrás.
En ese sentido señalan que esta civilización se asentó en los valles de Virú y en la región Lambayeque, en tanto la araña –presente en objetos de uso cotidiano- constituía una de sus divinidades por excelencia, ya que su imagen se asociaba a la fertilidad.
La pieza muestra signos deterioro por el uso del terreno para fines agrícolas, lo cual daña el patrimonio histórico, pero todavía no existe una decisión gubernamental para frenar los daños y recuperar el templo.
mem/lbl