En declaraciones a Prensa Latina, Jetzabel Montejo, profesora titular de Derecho Familiar de la Universidad de Camagüey, específico que “en este proceso no estamos tratando un contrato jurídico de compra-venta”.
Y es precisamente la sensibilidad del asunto “la que nos lleva a tener en medio del debate temas que protegen a personas tradicionalmente discriminada en la historia de los Derechos Humanos”, profundizó.
Ha sido precisamente esta la tónica del proyecto socialista en Cuba. “Estamos hablando de niñas, niños y adolescentes, ciudadanos de la tercera edad, algunos en situación de discapacidad donde el valor afecto se multiplica”, sentenció la jurista.
Además Montejo analiza la esencia del proyecto, pues “es un Código que no es mero lema el tema de los afectos, y si revisamos en toda la jurídica las palabras amor y respeto están en más de 16 preceptos”.
Para la especialista es clave la perspectiva de “que tendrán los vínculos afectivos tanto o más valor que los sanguíneos”.
Nuevas formas de parentesco donde se establece una protección integral a todas las familias y sus miembros se plantean con el nuevo Código.
“Por tanto los artífices en el proceso de consulta requieren un nivel de sensibilidad y que se haga con una aptitud mediadora, que todos los criterios cuenten para construir la norma que va a regular procederes para con la familia”, concluyó.
Al término del debate popular a finalizar el 30 de abril, las diversas propuestas se clasificarán en modificación, en tanto sugerencias sean hechas para cambiar términos o frases, además de la posibilidad de adición o eliminar párrafos.
Principios de transparencia, democracia y participación que rigen los preceptos del Consejo Electoral cubano, llegan a más de cinco mil lugares de intercambio en esta región como parte previa de uno de los proyectos claves para el futuro de la sociedad.
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